Los festivales Con Bombos y Platillos (títeres) y Guaguas de Maíz (teatro) plantean una interrogante: ¿Cómo acercar a los niños de hoy, hiperestimulados audiovisualmente, a las artes escénicas tradicionales?
Yolanda Navas, organizadora del festival de títeres, y Zaidún Chóez, del de teatro visitaron las instalaciones de DIARIO EL COMERCIO para tratar de responder esta interrogante. Reconocieron que si bien llegar a los sentidos y cautivar a las nuevas generaciones es un reto, no es algo imposible de lograr.
“El teatro en vivo supera al 3D y a la alta definción. En la medida en que el niño puede tener interacción con un títere ese momento logramos romper aquello tan fuerte que es el Mass Media”, afirma Yolanda Navas.
La decimocuarta edición de Festival Internacional Con Bombos y Platillos trae al país nueve espectáculos de seis países diferentes que animarán durante ocho días utilizando títeres y marionetas.
Con Bombos y Platillos ha mantenido un código a lo largo de todas sus ediciones: buscar que el niño se identifique con su par, con el títere, con la estrella del escenario.
Para Navas, la hiperestimulación no consiste un problema el momento que los niños entran a un espacio teatral. Ella considera que funciona igual que hace cincuenta años “entrar al teatro genera un cambio. Las campanadas, el tener que estar en silencio te condiciona a no estar en tu lugar de comodidad”.
Al no ser un humano, el títere no es como un actor que puede guiñar un ojo para pedir complicidad a la audiencia y aunque no tiene estas características “te mata de la risa, te hace llorar, te genera miedo”, afirma.
Por su parte Zaidún Chóez afirmó que la dramaturgia del teatro para niños sigue siendo tradicional, a pesar de que las condiciones hayan cambiado. Los shows dentro de Con Bombos y Platillos están más atados a la lógica del entretenimiento infantil.
Otro requisito que deben cumplir es que sean trasladables, pues el festival también llegará a parroquias.}
Es así como los más pequeños se deslindan durante 45 minutos de la tecnología y se convierten en parte de una historia. “La virtud del teatro de títeres es que ‘el bueno’ no existe y ‘el malo’ no termina apaleado. Al final del espectáculo ninguno muere. Todos se despiden”, afirma Navas.
Historias que tienen hasta cinco siglos de antigüedad llegarán a la capital por primera vez con el festival. Ambos organizadores invitan a la comunidad a no perderse los espectáculos y disfrutar estas propuestas de artes escénicas.
Con Bombos y Platillos comenzó el sábado (8 de noviembre) y continuará hasta el 16; Guaguas de Maíz comienza mañana (11 de noviembre) en Cotacachi y el domingo 16 en Quito. El festival durará hasta el 23 de novimebre.