El 26 de julio de 2024, los Juegos Olímpicos de París 2024 fueron inaugurados con un impresionante espectáculo protagonizado por la icónica Lady Gaga. La cantante estadounidense, conocida por su extravagancia y talento, abrió el evento en una escalinata amarilla, rodeada de 12 bailarines vestidos de negro que sostenían abanicos de plumas rosas.
Detrás de este vibrante escenario se podía apreciar el majestuoso río Sena y, en la distancia, la imponente Catedral de Notre Dame. Lady Gaga comenzó su actuación escondida detrás de los abanicos, generando expectación entre el público. Al revelarse, apareció con un elegante atuendo negro, compuesto por una cola de plumas negras y rosas, guantes negros y panty medias que dejaban ver sus característicos tatuajes. Su cabello estaba recogido y lucía un sencillo tocado de plumas negras. Su rostro, impecablemente maquillado, destacaba con labios rojos y un delineado de ojos estilo cat eye.
La cantante interpretó su primer número en francés, con un estilo cabaret que impregnaba tanto el ritmo de la canción como los movimientos de baile de Gaga y sus bailarines. La canción es Mon Truc en Plumes, de la artista Zizi Jeanmaire. La combinación de la música y la coreografía ofreció un homenaje moderno y vibrante a la cultura parisina, capturando la esencia de la ciudad anfitriona de los Juegos Olímpicos.
El cabaret es un estilo de actuación generalmente más expresivo y exagerado, con un fuerte énfasis en la personalidad del artista. La sensualidad y el carisma son elementos importantes de este ritmo.
En un momento destacado del espectáculo, uno de los bailarines le quitó los guantes a Lady Gaga, permitiéndole acercarse al piano y tocar unas cuantas notas, demostrando su versatilidad como artista. La actuación alcanzó su clímax cuando, casi al final, apareció un espectacular tocado de plumas blancas sobre su atuendo negro, añadiendo un toque final de dramatismo y elegancia.
La actuación de Lady Gaga en la ceremonia inaugural de los Juegos Olímpicos de París 2024 fue un comienzo memorable para el evento, combinando talento musical, teatralidad y un profundo respeto por la cultura anfitriona.
La banda francesa de metal Gojira deslumbró con su enérgica participación, acompañada de una danza de fuego, mientras sus integrantes, ubicados en los balcones de los edificios que bordean el muelle del Sena, tocaban sus instrumentos. Mientras tanto, una mujer en un barco interpretaba la ópera ‘Carmen‘, basada en la novela de Prosper Mérimée.
¿Quién es Aya Nakamura?
Es probablemente la cantante francesa más conocida en el exterior. De origen maliense, con fuerte temperamento y aires de diva, Aya Nakamura, de 29 años, cultiva un estilo entre soul y hip hop, con préstamos de la música actual africana.
Su gran éxito internacional es la canción Djadja. El tema fue parte de su repertorio para la ceremonia de inauguración de los Juegos Olímpicos París 2024. Nakamura deslumbró ante el Sena durante la ceremonia de inauguración de los Juegos Olímpicos de París 2024.
Su actuación, uno de los principales atractivos de la fiesta inaugural, no defraudó. Nakamura, una de las artistas francesas más renombradas a escala mundial, lució un vestido mini asimétrico con plumas doradas rígidas, combinado con sandalias romanas y su cabellera rubia platino.
Su majestuoso maquillaje a base de dorados completó un look espectacular que prometía ser una de las más memorables de la historia. Aya Nakamura es hija de inmigrantes de Malí y obtuvo la nacionalidad francesa en 2021.
Céline Dion emocionó desde la Torre Eiffel
Céline Dion conmovió al mundo con su emotiva presentación en el cierre de la ceremonia de los JJOO 2024. Desde la Torre Eiffel, luciendo un elegante vestido blanco de mangas largas y cuello alto, la cantante canadiense emocionó al público al interpretar l’Hymne à l’amour, de la cantante francesa Edith Piaf.
Esta fue su primera actuación en vivo tras anunciar su retiro debido al síndrome de la persona rígida. Los rumores indicaban que aparecería en la ceremonia inaugural, pero su participación en el cierre generó un furor inesperado, dejando una huella imborrable en los espectadores de los Juegos Olímpicos de París.