Una casa del adulto mayor, otro legado del padre Carollo, en el sur de Quito

El lugar tiene una sala para oratoria, una mini biblioteca, comedor, bodega, oficina administrativa, espacios para desarrollar terapias ocupacionales y para la salud mental.  Foto: Evelyn Jácome/ EL COMERCIO

El lugar tiene una sala para oratoria, una mini biblioteca, comedor, bodega, oficina administrativa, espacios para desarrollar terapias ocupacionales y para la salud mental. Foto: Evelyn Jácome/ EL COMERCIO

El lugar tiene una sala para oratoria, una mini biblioteca, comedor, bodega, oficina administrativa, espacios para desarrollar terapias ocupacionales y para la salud mental. Foto: Evelyn Jácome/ EL COMERCIO

Todo fue donado: los sillones, las mesas, la pintura con la que se dibujó los murales en la pared. La mañana del jueves 8 de octubre del 2015, en la Fundación Tierra Nueva, del padre Carollo, sur de la capital, se inauguró el Centro del Adulto Mayor La Alegría de Vivir.

En ese lugar nació la Fundación. Gloria Dávila, directora de la organización, recordó que empezó como una pequeña oficina de ayuda y se volvió uno de los centros de rehabilitación más grandes de esa zona. Finalmente se convirtió en un gran centro médico.

En el 2010, cuando se inauguró el Hospital del Padre Carollo, esta edificación quedó subutilizada. Los adultos mayores llenaron la sala de eventos. Muchos de ellos conocieron de cerca al sacerdote. Él los casó, bautizó a sus hijos, etc.

Al inicio, el centro funcionaba en el tercer piso de la edificación, con 30 abuelitos. El Cuerpo de Bomberos les dijo que no era conveniente tener a personas de avanzada edad en el tercer piso pese a que contaban con un ascensor. Muchos de ellos se mueven con bastón, otros con sillas de ruedas. Desde abril de este año, el lugar funciona en el primer piso.

María Chiza, de 79 años, cuenta que estar en el centro le cambió la vida. incluso sus hijos están felices, dice, porque en el centro ella está segura y bien cuidada. "Aquí armamos viajes y hasta fiestas", bromea.

Martha Cortez, coordinadora y responsable del centro, contó que al momento asisten cerca de 70 personas y que el lugar tiene capacidad para 80.

Enma Velasteguí, vicepresidenta de la junta de usuarios, agradeció a las autoridades por su trabajo. "Esto nos ayuda a olvidar las penas y la soledad", dijo.

El lugar tiene una sala para oratoria, una mini biblioteca, comedor, bodega, oficina administrativa, espacios para desarrollar terapias ocupacionales y para la salud mental. 

Con una rosa en la mano, el padre Julián Valotto bendijo a los asistentes. Luego recorrió las instalaciones arrojando gotas de agua sobre los muros.

El centro atiende de lunes a viernes de 08:30 a 12:30, en la avenida Cardenal de la Torre y Ajaví, planta baja del Centro Médico Tierra Nueva. Para mayor información puede llamar al 262 7661.

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