Kunturñawi cumple 13 años de gestión

Piedad Zurita y su equipo trabajan en la logística del festival y en la fase de selección. Foto: Cristina Márquez / El Comercio

Piedad Zurita y su equipo trabajan en la logística del festival y en la fase de selección. Foto: Cristina Márquez / El Comercio

Piedad Zurita y su equipo trabajan en la logística del festival y en la fase de selección. Foto: Cristina Márquez / El Comercio

Los 13 años del Festival de Cine Kunturñawi se celebrarán con un evento sin precedentes, según los organizadores. Este año hay nuevas vitrinas para mostrar las pe­lículas ecuatorianas y nuevos es­pacios que incluyen a más comunidades indígenas de la Amazonía y de la Sierra, así como mercados y otros espacios públicos del país.

“El objetivo del festival siempre ha sido democratizar la cultura y llevar el cine a espacios no convencionales, además de escuelas, centros educativos y teatros”, cuenta Piedad Zurita, organizadora del festival. Ella trabaja junto a un equipo de cuatro jóvenes, quienes se encargarán de la preselección de filmes y de la logística del evento.

Ahora ellos están en la fase de selección de trabajos que luego serán premiados en seis categorías: largometraje y cortometraje de ficción, largometraje y cortometraje documental, animación y cine universitario. Hasta la semana pasada se inscribieron 92 filmes producidos en Ecuador entre el 2017 y el 2019.

Entre los trabajos que el comité del festival evalúa están ‘La mala noche’, una película de Gabriela Calvache que ya ha recibido premios internacionales; ‘Siguiente round’, de Valeria Suárez; ‘Agujero negro’, de Diego Araujo, entre otros trabajos.

Además, este año se incrementó la participación de cineastas indígenas y de películas que retratan las realidades indígenas. Entre los trabajos más destacados están ‘Trenzando vida’, un documental de Rocío Gómez sobre la vestimenta zápara.

También concursará ‘Nizag’, un documental sobre las tejedoras de una comunidad de Alausí, en Chimborazo, del cineasta riobambeño Robert Orozco.

“Hemos visto con mucho agrado el incremento de trabajos de cineastas indígenas, eso es una muestra de cómo se apropian de sus realidades y deciden contarlas con un lenguaje distinto y una estética propia”, opina Jonathan Carrazco, parte del comité.

Este año se incrementó también la participación de productoras independientes. Solo de autores riobambeños se recibieron siete películas. “Este es quizás el resultado de los talleres y la promoción que hemos hecho como parte del festival, para incentivar la producción cinematográfica”, cuenta Galo Vásconez.

El festival se iniciará el 2 de noviembre y durará todo el mes. Las películas, al igual que en años anteriores, se proyectarán en salas comunitarias de Chimborazo, Bolívar, Pastaza y Tungurahua; también en mercados y parques.

La premiación se hará en Riobamba, el 29 de noviembre, y contará con la presencia de los productores y actores. Además habrá talleres de producción y conversatorios abiertos al público.

Suplementos digitales