Matilde Farinango (de sombrero negro) dirigió los preparativos de la pambamesa. Foto: José Luis Rosales / EL COMERCIO
Entre los recuerdos de su niñez, Rebeca Tugumbango rememora que su madre conversaba con familiares y vecinos algunos vocablos en kichwa. Esta mujer, de 74 años, que vive en el barrio Jerusalén, conserva la vestimenta tradicional del pueblo indígena Natabuela, que se localiza entre los cantones Antonio Ante e Ibarra, en Imbabura.
Al igual que Tugumbango, unos 70 adultos mayores de este territorio han contado historias similares. Pese a que han mantenido su identidad étnica nunca aprendieron a dominar la lengua materna.
En el último lustro, el Consejo de Alcaldes, Alcaldesas y Gobernador del pueblo ha impulsado varias iniciativas para fortalecer la organización política, ancestral y cultural, para que las nuevas generaciones las conozcan y se apropien.
Una de las cosas que más les interesa es cómo recuperar el idioma ancestral. Por eso, desde el año pasado con el apoyo de la Universidad Andina Simón Bolívar (UASB), ejecutan un plan para aprender el kichwa y fortalecer la cultura.
La idea es que los descendientes de este pueblo no solo dominen la lengua, sino también se autoidentifiquen como indígenas Natabuela, comenta Magdalena Chávez, alcaldesa de la comunidad de Los Óvalos, en Antonio Ante.
Por eso, en octubre pasado crearon el colectivo Natabuelakunami Kanchik (Somos Natabuelas, en español), integrado por jóvenes y mujeres de diferentes sectores, que tiene entre sus lineamientos el fortalecimiento de la identidad.
El anterior fin de semana un grupo de 24 personas, entre niños, jóvenes y adultos, concluyeron el primer curso básico de kichwa.
La capacitación se desarrolló durante 40 clases y fue dictada por especialistas de la cátedra sobre Pueblos Indígenas de América Latina de la UASB. Este curso está diseñado para que los participantes aprendan la estructura, principales tiempos verbales, vocabulario y lógica del idioma kichwa, explica Ariruma Kowii, coordinador del programa.
En el marco de esta actividad de clausura se suscribió un convenio interinstitucional entre el pueblo Natabuela y la universidad. La primera línea de trabajo será el fortalecimiento local en aspectos económicos, productivos y de organización social. También incluirá la capacitación a docentes de la Unidad Educativa Carlos Montúfar, guardiana de la lengua.
El otro eje está dirigido a investigar los conocimientos y saberes ancestrales de esta etnia. Los resultados serán publicados en un libro. Para el rector César Montaño, la idea es que la academia no solo les apoye en el rescate del idioma, sino en otras iniciativas. La UASB tiene ocho áreas de estudio que son útiles en esta actividad de vinculación con la comunidad.