Ken Follett no es un hombre modesto ni tampoco intenta parecerlo. “Siempre quise ser una estrella”, admite el galés en entrevista con la emisora BBC. Y alcanzó esa meta con creces: el británico, quien festejará su 65º cumpleaños mañana jueves, se cuenta entre los novelistas más exitosos del mundo.
En caso que tuviera alguna duda, hasta puede contemplar su propia estatua en Vitoria, en el País Vasco, obra del escultor Casto Solano, que lo retrató con gesto meditabundo y la mano en la barbilla en la Plaza de las Burullerías. La capital del País Vasco quiso agradecerle así el haberse inspirado en su catedral, la de Santa María, para ambientar parte de su novela situada en la Edad Media ‘Un mundo sin fin’, secuela del exitoso libro ‘Los pilares de la Tierra’. Y está previsto un tercer volumen, que ya se da por seguro se convertirá asimismo un ‘best-seller’.
Pero últimamente el autor prefirió concentrarse en el siglo XX en lugar de en la Edad Media. ‘La caída de los gigantes’ fue el primer tomo de la monumental trilogía ‘El siglo’, a la que le siguió ‘El invierno del mundo’, mientras que el 16 de septiembre próximo será el lanzamiento a escala mundial de ‘El umbral de la eternidad’.
Para dar cuenta del fenómeno Follett, alcanza con revisar algunas cifras. El escritor nacido en la ciudad galesa de Cardiff escribió más de 20 libros que pueden ser considerados ‘best-seller’.
Y aunque no hay cifras de sus ventas a escala mundial, se habla de más de 200 millones. En 2010, la revista Forbes
lo ubicó en el puesto cinco de los escritores con mayores ingresos, con una suma anual de USD 20 millones. En los años siguientes quedó un poco más atrás, con USD 14 millones.
Y que hoy le arranquen los libros de las manos Follett se explica con su propio origen: “Creo que ser galés tiene algo que ver con ello. O en todo caso no ser inglés. Ser de alguna manera un marginal, eso me dio una mirada de las cosas que no es provinciana”, ha señalado. Pero también hay otras razones. Los libros de Follett son atrapadores y complejos a la vez que fáciles de leer. Siempre y cuando el lector no tenga reparos a las descripciones detalladas de sexo y violencia.
El erotismo y la brutalidad están presentes en prácticamente todas sus obras y bien podrían ser factores que impulsen sus ventas. Además, se acerca a los lectores dividiendo claramente a sus personajes entre buenos y malos. A la vez, el público aprende durante las lecturas. “No chapuceo jamás con los hechos históricos”, aseguró Follett en 2012 en la Feria del Libro de Fráncfort.
Aunque entre sus miles de páginas naturalmente se deslizan errores, él los hace públicos en su página web. Allí también escribe que ama a Shakespeare, al buen vino y la música, que posee una casa de playa en el Caribe y las lecturas en su tiempo libre son por ejemplo ‘Paradise Lost’, de John Milton.
Y es que Follett no es un autor esquivo, sino que más bien se inclina por dar a conocer su esfera privada y disfrutar su estatus de estrella.