El comediante Julio Sabala se presentó en el Teatro Nacional de la Casa de la Cultura. Foto: Eduardo Terán/EL COMERCIO
Tres pantallas LED y luces de colores vivos recibieron en el escenario al artista dominicano-español Julio Sabala, que volvió al país la noche del jueves 17 de noviembre de 2016 con su rutina ‘Risoterapia total’.
El Teatro Nacional de la Casa de la Cultura estuvo totalmente lleno. Sabala salió a la tarima con una canción de bienvenida, cuya letra hablaba acerca de su rutina de comedia e imitación. En las pantallas gigantes se proyectaron videos de cámaras escondidas y de accidentes.
A Sabala no le pasan los años. Aún puede imitar a la perfección a El Puma o a José Luis Perales, con una voz vibrante que suena exactamente igual a la de los artistas a los que encarna.
Su primer tema fue Quiero ser funcionario, una adaptación del éxito Mi primer millón de la banda colombiana Bacilos, pero con la letra cambiada y haciendo referencia, a través de la sátira, a la corrupción de los políticos.
Pero el artista no solo se limita a la comedia. A través de sus ironías e historias divertidas, también se dio un tiempo para hablar de política, haciendo la voz del presidente venezolano Nicolás Maduro -para poner en contexto la actual situación de ese país- y mencionó la visita del presidente de China a Ecuador.
“Yo no quiero problemas. A mí me dijeron que en Ecuador hay libertad de expresión y que uno puede decir cualquier cosa, así que no abucheen cuando nombro al Presidente”, dijo.
Un popurrí de imitaciones, con la canción Procuro olvidarte, permitió a Sabala mostrar su versatilidad: para interpretar ese tema se convirtió en El Puma, en Perales, en Joaquín Sabina, en Raphael y en Sandro.
A través de sus homenajes a quienes ya no están, encarnó a Facundo Cabral, a Celia Cruz y a Bob Marley. Como es infaltable en sus presentaciones, imitó a Cantinflas, a Juan Luis Guerra y cerró su show de música y comedia con su tradicional imitación de Julio Iglesias.