Si el artefacto presenta grietas es mejor desecharlo, pues en caso de utilizarlo es muy probable que las bacterias se acumulen en ese espacio. Foto Referencial: Pixabay
Un juguete sexual, así como el órgano genital, requiere de ciertos cuidados para evitar cualquier tipo de infección o enfermedad.
El primero es chequear con detenimiento el consolador, vibrador o masturbador antes de utilizarlo, ya que podría venir con fallas de fábrica y producirle lesiones. También es importante verificar, antes de abrir, que el producto esté sellado.
Si presenta grietas es mejor desecharlo, pues en caso de que decida utilizarlo es muy probable que las bacterias se acumulen en ese espacio y que con el paso del tiempo le produzcan alguna infección.
“Las infecciones llegan por la acumulación de hongos y de bacterias”, asegura Luis Fernando Suárez, ginecólogo. De esas infecciones, por lo general, se desprende mal olor, picazón, malestar… que únicamente desaparecen con tratamiento especializado.
Los desgarros, en cambio, se pueden producir por un mal terminado del juguete. “Suceden desgarros importantes que afectan la mucosa de la vagina o el ano produciendo hemorragias”, según el ginecólogo Francisco López.
Ambos especialistas coinciden al decir en que no existen estadísticas sobre el número de mujeres y hombres que visitan sus consultorios para ser atendidos por el uso de los juguetes, ya que todavía no existe la apertura por parte del paciente para confesar el uso de esos aparatos.
Eso sí, cuentan, son frecuentes las pacientes con infecciones a nivel de los órganos genitales. Y si el juguete está en perfectas condiciones, la recomendación es que antes de usarlo lo lave con abundante agua caliente y jabón. Los especialistas recomiendan un jabón antibacterial.
Evite los jabones perfumados, pues ellos también son los responsables de las irritaciones. El ritual del lavado debe repetirse después de usarlo.
Antes de guardarlo séquelo al aire libre, sin la ayuda de las toallas o del papel porque ahí también se acumulan las bacterias y hongos.
Esa también es una de las recomendaciones que Kattia Burgos proporciona a las personas (hombres y mujeres) que visitan su tienda en busca de uno de esos juguetes.
Ella, precisamente, es la propietaria de uno de las tiendas que funcionan en Quito. Su local se llama Hot Girl. Pero a diferencia de lo que dice su nombre, allí no solo se venden juguetes para chicas.
También hay material para los varones. “Aunque las mujeres son las que más compran”. Según sus registros, el año pasado vendió 200 juguetes para mujeres.
Los hombres, por lo general, compran los masturbadores, que son unos pequeños anillos –que se colocan alrededor del pene- o las famosas muñecas inflables. Estas últimas traen dibujado el rostro de alguna personalidad del espectáculo.
Y esos instrumentos también necesitan del mismo cuidado e higiene. Todos esos juguetes también los venden en Sexy Sexy Shop y Sex Shop, en el norte de la ciudad.
El propietario de Sexy Sexy Shop, Sebastián Pontón, añade que a su local los hombres llegan también por retardantes, cremas o geles que ayudan a combatir la eyaculación precoz; y en relación a las estadísticas dice que en el 2015 las mujeres representaron el 60% de las ventas, mientras que el 40% le correspondió a los hombres.
Para las damas, en cambio, hay consoladores y vibradores. El segundo funciona con pilas. Con ellos, a diferencia de los primeros, se debe tener cuidado al momento de sumergirlos en el agua, ya que podrían dañarse, al igual que cuando se dejan la pilas puestas por largo tiempo.
Por eso, antes de usarlo, es importante leer con atención las especificidades del producto. Allí también se habla del material con el que están elaborados: látex, acrílico, silicona, jelly… Los vibradores de silicona tienen un costo que va desde los USD 40. Los de plástico oscilan entre los USD 25 y 30.
Otra de las recomendaciones que el ginecólogo Suárez hace para evitar infecciones es tratar al juguete como algo muy personal. No lo comparta.
Y si lo hace, colóquele un preservativo, ya que cuando hay intercambio de fluidos puede contagiarse de herpes, sífilis, VIH, gonorrea… tal como puede suceder en una relación sexual con una persona de carne y hueso.