La artista cuencana fue escogida por su trayectoria, que le mereció ser parte de un espacio bautizado como Salones de los Grandes Maestros. Foto: Xavier Caivinagua / EL COMERCIO
El Museo de Arte Moderno de Cuenca, que cumple 35 años, ha abierto sus salones a una de las artistas más representativas del país. Juana Córdova es la primera artista cuencana que recibe este homenaje (hasta ahora solo lo habían recibido sus coterráneos varones) al exhibir su muestra ‘A la Orilla’, que estará abierta hasta el 28 de agosto.
Ella fue escogida por su trayectoria, que le mereció ser parte de un espacio bautizado como Salones de los Grandes Maestros. Sus obras se vinculan con la intimidad, la muerte, lo tradicional y, últimamente, con la playa, señala la directora del Museo, Cristina Carrasco. “Era importante recordar la obra de esta artista con renombre en una curaduría (de Pilar Estrada) que abarque todo su recorrido… Fue interesante llenar el museo con obras vinculadas con la playa, en un espacio serrano…”.
Se trata de una exposición importante para Córdova, porque luego de varios años muestra su trabajo en su ciudad. Para ello, escogió piezas de cada etapa de su trabajo, que empezó hace 18 años. “En Cuenca no he mostrado mi experiencia y vivencias en la playa”.
En ‘A la Orilla’ se aprecian creaciones hechas con objetos recolectados por ella y su esposo, Sebastián Malo, cuando caminaban por las playas de Santa Elena y de Manabí.
Hay objetos recogidos en 30 sitios diferentes. Para la exposición se escogieron los encontrados en 11 playas, entre ellas Salango, Ayangue, Atravesado, Rosada, Prieta… Están presentes la arena -que tiene una tonalidad diferente en cada sitio- y elementos pequeños que se arrojan en estos lugares…
Los objetos fueron encapsulados con resina para crear un muestrario de cada sector.
Para Córdova, estas colecciones representan la personalidad de cada playa. Otro trabajo es las 15 semillas de mangle, que cuelgan del techo. “Me pareció importante hacer una referencia al ser otro ecosistema, que está en peligro porque la gente construye en estos lugares por falta de espacios. Con eso se acaba la vida de muchos anfibios y aves”.
En otra sala del Museo se expone un cilindro que contiene semillas. Es una obra que no está relacionada con la temática de la orilla, pero la artista quiso expresar sus inquietudes sobre la alimentación en el futuro y el cuidado ambiental.
Córdova piensa en su futuro artístico. Ella quiere trabajar con materiales naturales. Investigará materiales biodegradables, porque le interesa el arte efímero. “Cosas que se mueran como nosotros. Es un camino para explorar”.