Los quioscos blancos que se ubicaron en un costado de la Casa de la Cultura se llenaron de pomadas, ungüentos, goteros y hojas informativas sobre el uso medicinal de la marihuana.
Hoy, lunes 5 de mayo, por el Día Mundial de la Liberación de la Marihuana, unos 200 jóvenes marcharon con carteles de color verde por las calles de Quito.
Su ánimo y gritos se enfocaron en apoyar el consumo del cannabis, sobre todo, por sus efectos medicinales. Organizaron estands de venta e información de este tipo planta.
Mauricio Bustos lideraba uno de esos espacios. En este, sobre un mantel blanco, colocó junto a su compañero Carlos Aguirre, los goteros y pomadas que han elaborado desde hace un año. Según cuenta, su madre sufría dolores fuertes en las articulaciones “que los medicamentos tradicionales ya no disminuían y casi no surtían efecto curativo”.
Él estudia biotecnología y por la enfermedad de su madre decidió investigar los supuestos poderes medicinales de la planta para aliviar la dolencia.
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Los jóvenes en la marcha entregaron volantes con información sobre la pequeña feria.
Vendieron también camisetas, pipas y alimentos preparados a base de marihuana, como chocolates y pasteles.
Para Alejandro Díaz, uno de los marchistas, el cannabis es una terapia alternativa para las enfermedades que “pocas personas conocen”.
¿En verdad es curativa? Pese a que no existe todavía un estudio universal que afirme o trate sobre el poder curativo y medicinal de la marihuana, hay análisis locales, en diferentes ciudades del mundo.
Florida, en EE.UU., por ejemplo, la semana pasada se convirtió en el vigésimo segundo estado estadounidense en aprobar el uso de marihuana con fines medicinales. La ley autoriza que, exclusivamente, el uso de un tipo de marihuana con bajo grado de tetrahidrocannibol (principal sustancia psicoactiva) puede tratar la epilepsia y el cáncer. Aunque recalca que podrá ser utilizado solamente como un aceite.
En Ecuador todavía hay debate, sobre todo, en el campo de la psicología. En el área de Psiquiatría del hospital Carlos Andrade Marín se aseguró que “el uso del estupefaciente genera adicción, alucinaciones y lleva a cuadros psicopatológicos”.
Aunque para Jaime Endara, médico internista, su utilización en pomadas, ungüentos y con goteros mitigan los dolores de enfermedades crónicas.
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Claudia Poveda prepara pasteles con marihuana. Recuerda que hace un año le sirvió de tratamiento a una de sus tías que tenía dolores agudos en los huesos. Al igual que para la madre de Bustos, los medicamentos dejaron de tener efecto y reducir las dolencias.
Hace 10 años, el país dijo no al uso de la marihuana con fines medicinales. Eso sucedió tras una consulta de la Organización Mundial de la Salud que pidió a todos los países opinar sobre la posibilidad de producir medicamentos con base en el cannabis. La postura de Ecuador, por medio del Ministerio de Salud, se debió a que “pudo ser la puerta de entrada para consumir otras drogas.