‘Calma’ se publicó el 22 de abril de este año. El disco incluye 10 canciones inéditas y escritas por José Luis Perales. Foto: Cortesía Universal Music
Después de cuatro años de ausencia musical, el cantautor, escritor y productor español José Luis Perales regresa a los escenarios con su nuevo disco, titulado ‘Calma’. Este álbum fue producido por su hijo Pablo, lo que dio, a decir del cantante, un toque de modernidad a su música romántica.
Tour Calma es la gira promocional con la que Perales está recorriendo el mundo y con la que llegará a Quito el próximo 29 de octubre, para cantar en el Teatro Nacional de la Casa de la Cultura. El español habló con EL COMERCIO sobre este nuevo álbum.
¿A quién le pide calma?
Creo que en este tiempo en que vivimos hay muchas malas noticias, demasiada violencia… Uno ve injusticia, migrantes que pierden la vida en el mar por buscar la libertad, falta de solidaridad, políticos corruptos… Cuando veo eso en el noticiero de la noche, me dice: “Hace falta un poco más de calma”. Cuando escribí el disco y, al rato de ponerle un título, pensé que faltaba calma y solidaridad con los demás, falta diálogo, comprensión, compañía, huir de tanta soledad… No quiero ser negativo, pero realmente estamos rodeados de tantas cosas, el mundo está un poco loco y nosotros estamos aquí para ser felices.
¿Qué mensaje brinda a través de sus nuevas letras?
Les recuerdo a las personas que todos estamos aquí buscando la felicidad. Para eso necesitamos sacudirnos toda la violencia que está tan a flor de piel en la gente. Sería muy largo de explicar todo lo que incluyen las letras, pero el título que se me ocurrió, ‘Calma’, fue para dar un respiro en las letras de cada una de sus canciones.
¿Incluye su tradicional toque de protesta en este nuevo álbum?
Siempre he tenido una pincelada social en mis discos, a pesar de que se me ha conocido más por ser un cantante romántico y con lo cual estoy contento, porque mis canciones románticas son las que se han promocionado siempre. Desde hace muchos años tengo canciones de todo tipo, como canciones costumbristas, reivindicativas, que hablan de gente marginada o que plantean críticas… Nunca he hecho bandera de mis protestas, sino he contado las cosas igual que en este último disco: hay alguna canción en la que hablo de los políticos que buscan su propio beneficio, los gobernantes que desgobiernan…
¿Procura poner el tono de protesta en cada trabajo suyo?
Siempre en mis discos hay una pincelada de ese tipo, pero mi protesta la he dejado para quien la quiera entender, sin hacer bandera de eso. Lo que canto forma parte de la sociedad a la que pertenezco y, por supuesto, hay canciones de amor que son afines a todos, también a mí, y son canciones que han cuajado más en el público. En 40 años se puede escribir mucho.
¿Cómo fue la experiencia de grabación y arreglos a cargo de su hijo Pablo?
Él trabajó en mis dos anteriores discos. En ‘Navegando por ti’ (2006) no trabajó como productor, sino en una colaboración muy cercana al trabajo. En ‘Calle soledad’ (2012) se involucró más y, desde entonces, se dedicó a estudiar música y producción en Berklee (Boston), y en estos tres años ha aprendido mucho. Esta es su primera producción en solitario con los arreglos, la producción del disco, la grabación, la elección de los músicos, la elección del estudio en Los Ángeles… El panorama de cosas que envuelven el disco ha sido producto del trabajo de Pablo porque ha estado viviendo en Boston y eso le da un sabor americano al disco.
¿Se sintió distante de su propio estilo?
Este un disco muy redondo y muy diferente a los anteriores pero, sin embargo, me siento muy involucrado en él, me siento cómodo porque, a veces, cuando hay un buen productor, él ve más allá de lo que el autor ha visto. A mí no se me habría ocurrido poner ritmo de jazz puro tocado por músicos americanos que, incluso, tocaron con Sinatra en su época. Nunca hubiera imaginado que una canción infantil, como la que dedico a mi nieto Guillermo, podría tener esas características jazzísticas. En este caso lo hemos hecho diferente, ha sido aceptado por el público, pero eso no me extraña: es como un paso más adelante hacia una modernidad que está ahí y que los jóvenes nos enseñan a los mayores.
¿Cómo fue la convivencia laboral con Pablo?
Fue muy positiva la colaboración con él y, por otra parte, diría que es el productor más exigente que he tenido nunca. Pero me alegro que haya sido así, porque los resultados que tuvimos son excelentes. El disco es redondo, moderno y, sobre todo, muy especial.
Datos
El concierto en Quito será el 29 de octubre en el Teatro Nacional de la CCE.
Las entradasestán a la venta en TicketShow y hay cuatro localidades disponibles: luneta alta (USD 80), luneta baja (USD 110), platea (USD 140) y butaca (USD 170).
Este es su vigesimo séptimo álbum de estudio y llega después de ‘Calle soledad’, que salió en 2012.