Una pintura titulada Fenómeno, de la serie ‘Tácticas para llegar al cielo’ de Chay Velasco, exhibida en el espacio Ecuadarte de la galerista Madeleine Hollaender. Foto: EL COMERCIO
Los artistas guayaquileños Jimmy Lara y Jorge ‘Chay’ Velasco, quienes han sido laureados con premios de concursos emblemáticos de su ciudad, ahondan en sus indagaciones formales en sendas muestras de pinturas de pequeño formato que serán exhibidas hasta el 30 de septiembre en Ecuadarte.
El espacio de la galerista Madeleine Hollaender, en el Hotel Oro Verde de Guayaquil, exhibe ‘Niveles sobre la botánica oculta’, de Lara; y ‘Tácticas para llegar al cielo’, de Velasco, exposiciones de ‘pintura’ en el sentido amplio y contemporáneo del término.
Lara vuelve al abstraccionismo para “componer” sus cuadros con elementos líquidos en un nuevo giro al tipo de trabajo que le valió el Premio Batan 2015.
Los extractos de esencias florales y hierbas –infusiones de manzanilla, extractos de siempreviva o esencia de violeta- conforman las franjas de colores de pequeños cuadros, líquidos encapsulados entre la superficie de vidrio y el cuadro de madera. Los líquidos reaccionan, se mezclan y vuelven a su estado original, al movimiento de los bastidores.
Las esencias sirven para actividades terapéuticas, curativas y medicinales, pero también son utilizadas en la botánica oculta, en la masonería y el esoterismo según explica Lara, premio del Salón de Julio 2012 y ganador de la Bienal de Pintura de Guayaquil 2016, quien ha querido ironizar con esos sentidos.
“El título alude tanto a la tradición de curar, sanar, componer por medio de extractos de plantas y flores, como la sanación que ofrece el esoterismo-ocultismo, la limpieza de los males que nos acechan, una analogía con la tradición de la pintura”, apunta Matilde Ampuero, curadora de las dos exposiciones.
Chay Velasco, dos veces ganador del primer lugar en la categoría escultura del Festival de Artes al Aire Libre (FAAL), presenta esta vez pinturas en las que retoma la simbología de la nube como metáfora de la divinidad.
Agrega elementos contaminantes como llantas viejas, bicicletas desechadas, automóviles, maquinaria de construcción o de perforación petrolera, que amenazan la supuesta pureza que trasmiten las nubes y la propia idea de lo divino.
Como en la muestra de Lara, la ironía y la paradoja marcan también estas obras de técnica mixta, pergeñadas con óleo, acrílico, esmalte, tinta china y marcador sobre lienzo.