Jean Pierre Michelet: 'Los límites de velocidad en el país son absurdos'

El piloto y experto en la Fórmula 1, Jean Pierre Michelet, en su oficina de la productora 8vo Arte, en Quito. Foto: Patricio Terán / EL COMERCIO

El piloto y experto en la Fórmula 1, Jean Pierre Michelet, en su oficina de la productora 8vo Arte, en Quito. Foto: Patricio Terán / EL COMERCIO

El piloto y experto en la Fórmula 1, Jean Pierre Michelet, en su oficina de la productora 8vo Arte, en Quito. Foto: Patricio Terán / EL COMERCIO

Los ecuatorianos debemos a Jean Pierre Michelet y a su padre, Pascal, la pasión por la Fórmula 1. Y cuando dejaron la trasmisión, por temas de derechos, quedó como un gran vacío y hubo que acostumbrarse a los de las grandes cadenas. Para muchos, han sido los mejores y los que más saben de la F1.*

“Nos pasó algo en Argentina. Estábamos comiendo en la Costanera y un tipo que pasaba no dejaba de mirarnos. Hasta que se regresó y nos preguntó si éramos los Michelet. Nos dijo que por trabajo viajaba por América Latina y le ha tocado ver la F1 en todos los países. ‘Y debo reconocer que ustedes son los mejores narradores de toda América Latina. Qué gusto conocerlos’; nos dio la mano y se fue. Eso fue para nosotros muy valioso porque en ese tiempo la transmitían los canales de cada país. Nos comparó con todos y decir que éramos los mejores quiere decir que algo hacíamos bien.

¿Nunca le llamaron por Fox o estas cadenas que transmiten la F1?

No. Más bien mandé mi currículum. Tuve contacto con ellos y les dije que necesitan a alguien que sea un piloto, pero no conseguí nada. Fue hace 10 años, cuando hicimos la negociación para RTS y comprar los derechos. Pero nos cambiaron las condiciones de viernes a lunes y se suspendieron los diálogos.

¿Se siente responsable de la pasión por la F1 en Ecuador?

Modestamente, sí. Y no es porque lo diga yo, sino porque es lo que se siente de la gente. Basta con que ponga una foto en redes sociales con mi padre de cuando transmitíamos la F1, y el cariño de la gente es increíble. Dejamos de transmitir las carreras, hace 10 años y los comentarios dicen aprendí o me enchufé gracias a ustedes. Mi papá comenzó con eso y fue creciendo a tal punto que muchos nos han dicho que abandonaron la F1 cuando dejamos la transmisión.

¿Y cuál fue su fórmula?

Algo muy sencillo. No todo el mundo entiende el automovilismo. Es muy distinto que hablar de fútbol. Todos sabemos de fútbol, todos hemos jugado, todos entendemos las reglas. Pero cuando es un deporte tan técnico, uno tiene que saber que la persona que está frente a la pantalla no entiende de qué se trata. Nos dedicamos a enseñar y nos volvíamos repetitivos, pero había que hacerlo porque sabíamos que cada vez se sumaba más gente a la transmisión. Enseñábamos cómo funciona, por qué las llantas, las estrategias, lo que piensa un piloto, lo que sucede en la cabina de un auto de carreras. Ese fue el valor agregado y que en Latinoamérica no se ha hecho. En Fox no tienen un piloto en las narraciones. Lo que hay es gente apasionada y que sabe mucho de la historia de la F1, pero no sabe lo que es estar sentado en un auto de carreras, y en este deporte eso es lo que hay que saber. Yo he tenido esa bendición.

Ustedes se percataban de un ruido y decían “escuchen”. Pero muchos creen que ustedes ya habían visto la carrera antes de la transmisión. ¿Es cierto eso?

Nosotros llegábamos al canal y la carrera se estaba terminando. No alcanzábamos a ver. Normalmente yo sí sabía el resultado final, pero no la había visto porque en la televisión arrancábamos a las 09:00, y la carrera había comenzado a las 07:00. A esa hora, nos estábamos vistiendo y desayunando. Y al tener el canal los derechos, no la podía pasar el cable.

Usted es piloto. ¿Cuántas veces le han gritado camarón?

¡Ah, nunca!

Pero habrá cometido sus camaronadas...

Sí, claro. Y la mayoría se dan por despistes porque uno está pensando en otras cosas. Recién me pasó una, saliendo de la gasolinera. Me parqueé a un lado, y cuando quise salir, no me di cuenta que estaba la vereda y ¡paf!, me subí a la vereda...

¿Cómo mira la conducción en el día a día en Ecuador?

No soy el más adecuado para hablar sobre eso en el sentido en que ando rápido y la velocidad es un factor de accidente, pero más es la imprudencia. Si te paso a 120 kilómetros por hora, dirás este es un imprudente, pero para mí imprudencia es rebasar en curva. Ahora se ven muchos accidentes frontales y eso es porque uno está invadiendo vía. Atribuyo más a la falta de conciencia e imprudencia.

¿Tiene idea de por qué manejamos por la izquierda? ¿Será que tenemos algún gen británico?

(Se ríe)Eso decía mi papá.

¿De verdad?

Sí. Y me acuerdo que desde que era chico, él siempre se pasaba diciendo en el programa que la gente manejara por la derecha. Y una vez dijo: o es un mal endémico o es que tenemos genes británicos que nos tiran a la izquierda. En una vía de tres carriles, ya es un tema de ignorancia, pero, en una de dos, estar a la derecha tiene más riesgo de que alguien salga, se te cruce o te abra la puerta. La gente cree que está más protegido al ir por el carril izquierdo ante cualquier situación que se puede dar del lado derecho. Podríamos decir que es por seguridad. A mí me pasa, aunque ando rápido. Cuando voy por la derecha tengo la preocupación de que salga alguien de alguna bocacalle. Creo que es una explicación válida. Pero ir lentamente por la izquierda y represar a todo el mundo, es algo para lo que ya no tengo explicación.

Si fuera su docente, le diría que está bastante mal que maneje muy rápido...

Rápido entre comillas. Voy a 120 cuando se puede. Pero sé lo que hago.

Suficiente para multarlo...

Claro. Lo que más he tenido son multas. Ahora, los límites de velocidad en el país son ridículos. Ponen los radares en bajada. A mi esposa, que va bien despacio, le multaron cuando estaba en bajada e iba a 92 km/h. En rutas de Europa, EE.UU. o Chile, 130 es una velocidad buena para las carreteras que hay.

Se dice que le detuvieron a uno que iba a toda velocidad en Inglaterra y le dijeron si se creía Nigel Mansell. Y él les respondió: no, soy Ayrton Sena.

Es una anécdota verdadera. Y eso les ha pasado a muchos, pilotos que hasta han terminado presos.

TRAYECTORIA

Su padre, Pascal Michelet, comenzó con las transmisiones de la Fórmula 1 en 1984. Se le unió en 1988. Fue campeón nacional de la Fórmula Scorpio. Su programa Sinfonía de Motores se transmite los lunes por cable a las 21:00 y por vitotvo.com

*Esta entrevista se publicó originalmente en la edición impresa de EL COMERCIO, el 6 de abril del 2021.

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