Jaguar explora a unos tres kilómetros de donde fue liberada en Ecuador

Especialistas monitorean los movimientos de la jaguar DYaira, que fue liberada tras ser atacada con perdigones por cazadores. Foto: Archivo/ EL COMERCIO.

Especialistas monitorean los movimientos de la jaguar DYaira, que fue liberada tras ser atacada con perdigones por cazadores. Foto: Archivo/ EL COMERCIO.

Especialistas monitorean los movimientos de la jaguar DYaira, que fue liberada tras ser atacada con perdigones por cazadores. Foto: Archivo/ EL COMERCIO.

DYaira, una jaguar que se recuperó de una parálisis producto de disparos de cazadores, explora a unos tres kilómetros de la zona donde fue liberada en la Amazonía de Ecuador, informó Andrés Ortega, coordinador ejecutivo del Instituto de Medicina de la Conservación de Fauna Silvestre Tueri.

"Lo que sabemos de ella es que sigue explorando aproximadamente a tres kilómetros a la redonda del lugar en que se la liberó. Sabemos que se está moviendo", dijo hoy (30 de mayo del 2018) Ortega, quien fue parte del equipo que atendió a la jaguar en el proceso de recuperación y del que la liberó el 21 de mayo.

Ortega apuntó que este mes "es muy importante que siga con actividad" y añadió que "en caso de complicarse y se vea que ella permanece en un solo sitio, entonces tendremos que ir a buscarla y determinar su estado de salud".

Hace año y medio, la jaguar quedó cuadripléjica por uno de los 18 perdigones disparados por cazadores y que aplastó su médula espinal, pero tras operaciones y cuidados médicos recuperó su actividad y fue liberada con un collar rastreador.

Los expertos cuentan también con una señal telemetrica que los guiará al lugar exacto donde está el animal, una panthera ONCA, en peligro de extinción, que ya tiene dos años, es de color amarillo-dorado con rosetas negras, que cambió toda su fórmula dentaria y pesa 42 kilos.

Ortega confirmó que ahora los encargados de monitorear a Dyaira son Santiago Molina, biólogo asociado a la Universidad San Francisco De Quito (USFQ), y Eduardo Díaz coordinador científico del Instituto Tueri-USFQ.

Corría finales de 2015 cuando funcionarios del Ministerio ecuatoriano de Ambiente de la Reserva Limoncocha, de la provincia de Sucumbíos (Amazonía), rescataron a la jaguar y la llevaron, en principio, al parque turístico Nueva Loja y luego al Instituto Tueri de la USFQ.

Ahí constataron que la jaguar tenía 18 perdigones en su cuerpo, que, presumen, fueron disparados por cazadores desde un árbol o un lugar alto pues todos estaban en el lomo y cabeza de D'Yaira, que en lenguaje ancestral secoya significa "tigre o jaguar valiente".

Según Ortega, a falta de neurocirujanos veterinarios en Ecuador, se echó mano de profesionales en esa especialidad para humanos a fin de extraer el perdigón que afectaba a la médula espinal y que impedía que la jaguar mueva sus patas y la cola.

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