Una ceremonia tradicional y ancestral en honor al sol se realizó en la comunidad de Misquilli, en Tungurahua. Foto: Glenda Giacometti/EL COMERCIO
La temporada de granos secos, harinas y coladas se festeja en la región andina con ceremonias de agradecimiento a la Pachamama, bailes y cantos. Esta es una de las cuatro fiestas sagradas de la cosmovisión andina, el Inti Raymi (o Fiesta del Sol).
En Misquilli, una comunidad indígena de Tungurahua, la celebración se inició el fin de semana pasado con una misa de acción de gracias y un ritual andino. “Esta parroquia es una muestra de la simbiosis de creencias producto del mestizaje”, dijo Gabriel Pandi, un Yachak de Salasaka.
Él presidió la ceremonia andina en honor al Dios Inti (sol). “Este tiempo lo dedicamos a dar gracias por la vida que es posible gracias al sol. El calor y la energía del Taita Inti permiten que las plantas crezcan y que luego los granos se sequen”, dijo Pandi en su intervención.
Al evento acudieron los habitantes de siete comunidades de la parroquia Santa Rosa, situada a 20 minutos de Ambato. La ceremonia se inició con la bendición de las cuatro Ñustas, un grupo de mujeres que tienen la responsabilidad de liderar a su comunidad durante las fiestas.
En un círculo se colocaron hierbas sagradas para equilibrar las energías de los asistentes, y una variedad de granos y frutas para agradecer por la producción de este año y el inicio del verano.
“Para nosotros es importante rescatar nuestra cultura y compartirla con otros pueblos. Este es un inicio histórico para nuestro pueblo”, dijo Segundo Caiza.