Fotografía de la exposición ‘La intimidad es política’. Foto: Patricio Terán / EL COMERCIO
Las relaciones de poder, lenguaje y sociedad también están mediadas por el género, aunque de este aspecto poco, o casi nada, se diga. Y hacia aquello, precisamente, ataca la exposición ‘La intimidad es política’.
Aquí el atacar es “actuar contra algo para destruirlo”, como lo señala el Diccionario de la lengua española. Porque el objetivo de cada uno de los artistas es destruir, atravesados por un claro feminismo, las concepciones de género que se han construido en la sociedad. Muestra de ello es, por mencionar un caso, la obra de Santiago Reyes, quien llegó al Centro Cultural Metropolitano con la pieza Eric et moi dormant, que ya en la Bienal de Cuenca del 2007 causó revuelo por mostrar la imagen de dos hombres, dormidos, en un gesto que se desplaza entre el cansancio y el cariño, y que fue ideada para convertirse en una instalación a manera de lona publicitaria.
Esos diálogos disruptivos potenciados por el feminismo también están presentes en instalaciones y selecciones como Guerrilla Girls y 146 mujeres, dos piezas que desarrollan la marginación de la mujer desde dos frentes distintos: el ocultamiento de la artista y la marginación social de las viudas en la India, respectivamente.
Una de las piezas que rompe por completo con la cotidianidad de este espacio es Milagroso Altar Blasfemo. Se trata de un mural pintado en una pared contigua a la iglesia de La Compañía. En esta obra, el colectivo Mujeres Creando retoman precisamente el concepto de altar colonial, creado con fines evangelizadores y didácticos, y plasman una serie de imágenes que hacen alusión a vírgenes abortivas, santas transexuales y una mujer crucificada y sometida por un obispo. Para las creadoras, la idea es que este espacio se transforme en una oportunidad para repensar la otra cara de la fe impuesta; para dialogar sobre los criterios cristianos impuestos sobre el cuerpo femenino.
Durante el primer día de recorridos, la mañana y tarde del sábado 29, los asistentes lograron entrar en contacto con varios de los creadores de la obra. Así, la muestra curada por Rosa Martínez creó una suerte de triángulo donde entraron en contacto el público, el autor y el contexto de varias piezas.
La exposición ‘La intimidad es política’ se desarrolla en los tres pisos del Centro Cultural Metropolitano, ubicado junto a la Presidencia de la República (Centro Histórico). Se la podrá visitar hasta el 29 de octubre. La entrada es gratuita.
Exposición ‘La intimidad es política’
La exposición ‘La intimidad es política’ se desarrolla en el Centro Cultural Metropolitano. Foto: Patricio Terán / EL COMERCIO
La exposición ‘La intimidad es política’ se desarrolla en el Centro Cultural Metropolitano. Foto: Patricio Terán / EL COMERCIO
La exposición ‘La intimidad es política’ se desarrolla en el Centro Cultural Metropolitano. Foto: Patricio Terán / EL COMERCIO
La exposición ‘La intimidad es política’ se desarrolla en el Centro Cultural Metropolitano. Foto: Patricio Terán / EL COMERCIO
La exposición ‘La intimidad es política’ se desarrolla en el Centro Cultural Metropolitano. Foto: Patricio Terán / EL COMERCIO
La exposición ‘La intimidad es política’ se desarrolla en el Centro Cultural Metropolitano. Foto: Patricio Terán / EL COMERCIO
La exposición ‘La intimidad es política’ se desarrolla en el Centro Cultural Metropolitano. Foto: Patricio Terán / EL COMERCIO
La exposición ‘La intimidad es política’ se desarrolla en el Centro Cultural Metropolitano. Foto: Patricio Terán / EL COMERCIO
La exposición ‘La intimidad es política’ se desarrolla en el Centro Cultural Metropolitano. Foto: Patricio Terán / EL COMERCIO