Un taller propone recuperar formas funcionales de danzas costeñas y resignificarlas en escena. Foto: Archivo / El comercio
El festival de danza contemporánea Fragmentos de Junio, que se realiza en Guayaquil, le hace un gran guiño al “disfrute de un proceso cultural identitario”, el del baile folclórico costeño, con la organización para fin de mes de un encuentro público para bailar a manera de flashmob (multitud relámpago) el tema montuvio Alza que te han visto.
La acción busca convocar entre 300 y 400 personas la mañana del domingo 30 de junio en la explanada del parque Forestal de Guayaquil, un encuentro regional al que han confirmado asistencia 17 cuadros entre grupos de la ciudad y ballets folclóricos de Guayas, Manabí, Los Ríos y El Oro.
El objetivo es atraer al espectador del festival y hacerlo partícipe de la danza tradicional litoralense, recurriendo a uno de sus temas musicales danzados más emblemáticos, como el Alza que te han visto, explicó Jorge Parra, director de Fragmentos de Junio. “El ‘Alza…’ es un tema emblemático guayaquileño, uno de los bailes que siendo montuvio está enraizado a Guayaquil, es tradicional también en la provincia de Los Ríos e incluso se baila en la Sierra”, dijo Parra.
Un taller propone recuperar formas funcionales de danzas costeñas y resignificarlas en escena. Foto: Cortesía Fragmentos de Junio
El investigador Wilman Ordóñez, director de la Compañía de Danza Costeña Retrovador, generó la coreografía de base para el flashmob, una acción de baile abierta al público, que será dirigida por el coreógrafo David Guasga.
Ordóñez ofrecerá por su parte un taller que tiene por objeto “fortalecer los nuevos procesos de representación escénica y estética que los elencos de danzas costeñas”.
El seminario-taller de Introducción a la historia de la danza, la música y la oralidad en Guayaquil y el Litoral se realizará también a fines de mes, entre el 24 y el 28 de junio, en el Museo Antropológico y de Arte Contemporáneo (MAAC).
“La idea es repensar la historiografía de lo sonoro y bailable en Guayaquil y en el Litoral, a base de trabajos de investigación etnográfica”, indicó Ordóñez. “Que los talleristas comprendan el folclor, un instrumento de elaboración simbólica, como un saber moderno, ni fosilizado ni muerto”.
El seminario está abierto al diseño de nuevas maneras de hacer danza folclórica, “partiendo de formas funcionales que se pueden resignificar” y enriquecer, desde el vestuario hasta las coreografías.
La música y el baile que danzan los grupos hoy son los que recuperó Rodrigo Chávez González y Guido Garay en los años 60 en el siglo XX, observa Ordóñez, que con Retrovador se ha aproximado también a una noción de danza urbana porteña. “Los bailarines y directores a menudo viven a espaldas a las producciones simbólicas del folclor campesino, entonces se necesitan nuevas investigaciones y aportes”.
El Alza que te han visto, por ejemplo, “ya no se baila en el campo” y ha sobrevivido en la ciudad. El ritmo y baile mestizo, que se entonaba con letras improvisadas, fue recogido por primera vez en una partitura en 1865 por Juan Agustín Guerrero, quien lo escuchó en Guayaquil. La versión que se baila hasta ahora es la que grabó en los setentas el folclorista Guido Garay, con la dirección musical de Naldo Campos, en el disco ‘Alma montubia’.