200 comuneros dan vida a una feria en Zumbahua, en Cotopaxi

A la feria de Zumbahua van comerciantes de las comunidades aledañas y también de otras ciudades del país

A la feria de Zumbahua van comerciantes de las comunidades aledañas y también de otras ciudades del país

A la feria de Zumbahua van comerciantes de las comunidades aledañas y también de otras ciudades del país. Foto: Raúl Díaz para El Comercio

Cada sábado no hay dónde poner un pie en la feria de Zumbahua del cantón Pujilí, en Cotopaxi. Decenas de indígenas caminan agitados por las calles de esta parroquia, situada a 45 minutos de Latacunga.

Ellos llegan para vender sus productos, comprar ropa nueva o remendar sus prendas raídas y envejecidas.

El ajetreo empieza a las 04:00. La plaza central del pueblo se convierte en una tienda gigante. Allí se exhiben prendas de todos los tamaños, colores y gustos. También hay artesanías tejidas con lana de borrego, shigras, instrumentos musicales y varios artículos.

Desde la madrugada, los indígenas arriban a la plaza provenientes de las comunidades Guangaje, Quilotoa, Michacalá, Cushca, Sarausha, Patalata, Yanaturo, Llanasllpa, Quilapungo, Chicho, Caucho. Además vienen de Sanasshpa, Chami, La Cocha, Ponce y otras localidades.

Cada transacción se realiza en kichwa, español e incluso en inglés, por los turistas extranjeros que arriban atraídos por la variedad cultural y los detalles de las prendas que visten hombres y mujeres.

“Aquí hay ropa original, la que los abuelos nos enseñaron a usar en nuestras comunidades, a pesar de que otros prefieren ropa más moderna, blusas cortas y faldas cerca de la rodilla”, dice María Pilachanga, secretaria del Gobierno Parroquial de Zumbahua.

La feria, de más de un siglo, se realiza en el centro parroquial y concentra a más de 200 comerciantes y artesanos que trabajan en la elaboración de las prendas autóctonas. Aunque muchas lucen más estilizadas, no pierden elementos esenciales como los bordados hecho a mano que dan vida a diseños andinos con flores y montañas comenta Pilachanga.

Ella cuenta que en la actualidad las mujeres visten faldas decoradas con mullos, encajes y lentejuelas, chalinas de lana, blusas blancas con bordados y sombreros de paño negros. Los hombres llevan poncho rojo tejido con lana de borrego, camisa blanca y sombrero negro. “La migración hizo que cambiara en parte la vestimenta, pero estamos tratando de recuperarla. Lo que sí mantenemos aquí es el idioma kichwa, puesto que las ventas se realizan en nuestro idioma”.

A las 07:00, ya hay movimiento en la feria. Los comerciantes ofrecen ponchos, faldas, chalinas, sombreros. Y en otros rincones están los productores que ofertan sus legumbres, hortalizas y granos.

María Toaquiza es comerciante y al igual que la mayoría de vendedores indígenas, lleva más de 20 años ofreciendo los atuendos tradicionales a las comunidades. La mujer de 40 años se encarga de confeccionar las faldas que luego las decora con encajes.

Toaquiza es vecina de la comunidad La Cocha, localizada a 15 minutos del centro de Zumbahua. Su habilidad en la confección la aprendió de su vecina Rufina Cuchiparte.

Cerca de ella está el puesto de Paulina Guanoluisa, de Latacunga. Ella afirma que ya va 30 años vendiendo ropa en esta tradicional plaza. Dice que por toda la tradición y color que exhibe es también un sitio muy visitado por extranjeros.

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