Grupos como Cuero, Son y Pambil, de Narciso Jaramillo, se han unido para rescatar la tradición oral afro. Cortesía / Presencia Negra.
El arrullo es uno de los cantos tradicionales del folclor esmeraldeño. Sus letras son cantadas por los principales exponentes de la tradición oral, que han dejado su huella en cada una de las interpretaciones.
Los gestores culturales de Esmeraldas empezaron un proceso para promover el canto del arrullo como una forma de preservar la oralidad, que caracteriza a la cultura afro.
Una de las primeras acciones se inició el 13 de abril, con la puesta en escena de 10 intérpretes de arrullos, con quienes se emprendió un proceso de presentaciones periódicas en la ciudad. Algo similar ya ocurrió en Jututo, con la Noche de Arrullos que fue organizada por el grupo Presencia Negra.
El trabajo para la conservación de esta tradición oral incluye la búsqueda de espacios para las presentaciones, como la Casa de la Cultura, Casa de la Marimba, Conservatorio de Música y Guardianes de los Saberes. La idea es que desde allí se continúe con la formación de los nuevos talentos.
El primer ensayo empezó con una demostración realizada por las tres cantoras de la agrupación La voz del Niño Dios, representada por Rosa Wila, experta cantora quien ha mostrado su interés para que otros le tomen la posta.
En su vivienda, ubicada en el barrio Isla Piedad de la ciudad de Esmeraldas, Wila repasa las letras de sus más de 70 composiciones de arrullos dedicados al Niño Dios y a sus santos.
La transmisión del conocimiento de la oralidad ha motivado a los gestores culturales a dejar registradas decenas de letras, que solo poseen las cantoras antiguas como Wila.
Otra parte de esas composiciones las conserva Guillermo Ayoví, una de las figuras del canto y la música afro. Por eso el trabajo de rescatar el canto incluye a Papá Roncón, así como a otras figuras que están en las comunidades afros del norte de la provincia.
El antropólogo Adison Güisamano, director de la agrupación Presencia Negra, explica que las Noches de Arrullo continuarán en Esmeraldas no solo en sitios cerrados sino en espacios abiertos como la playa, parques y plazas de la ciudad.
Para el escritor sobre temas de la cultura afro, Juan Montaño, la oralidad afroesmeraldeña es parte del patrimonio cultural de esta provincia, que debe recibir un mayor apoyo para su fortalecimiento.
Muchos de los expertos en los saberes afros creen que el talento para el canto está en gran parte en la periferia de la ciudad. Allí se han formado grupos como Presencia Negra, Marimba-Manglar y Cuero, Son y Pambil, que recientemente cumplió 31 años de trayectoria.
Montaño explica que existen muchos niños y jóvenes con talento, pero se necesita un trabajo sostenido con ellos, como el que propone Presencia Negra. Eso implica seleccionar, formar y mostrar a las nuevas voces del canto.
Carolina Lucas es una de las arrulladoras de Presencia Negra y la voz principal del grupo, que cuenta con sus propias composiciones.
El director de la corporación Tierra Negra Internacional, Jonathan Minota, es también una de las voces jóvenes del canto. Él trabaja actualmente en la composición de su libro ‘Enjambre Cultural’, donde se recoge el trabajo de las cantoras y su aporte a la tradición oral de Esmeraldas.
“Nos hemos sumado a este periplo cultural para promover la enseñanza y difusión de nuestros arrullos, pero requerimos que se añadan otros actores como los gobiernos seccionales con sus departamentos de Cultura”, señala Minota.