Los paneles solares son instalados dentro de casas. Foto: Cortesía Alianza Ceibo
Al caer el sol, la vida en los hogares de comunidades Siekopai, Kofan, Siona o Waorani se ve limitada por la falta de energía eléctrica. Las personas que cuentan con más recursos optan por comprar generadores que les provean de luz durante dos o tres horas. Los que tienen menos recursos deben conformarse con la llama tenue de las velas.
Desde el 2016, el paisaje nocturno en muchos hogares de estas comunidades cambió gracias a la presencia de sistemas de energía solar, una iniciativa promovida por la Fundación Alianza Ceibo en cooperación con la fundación Love for Life de Alemania.
Hernán Payaguaje, coordinador general de Alianza Ceibo, cuenta que el proyecto, que incluye la capacitación de los jóvenes de distintas nacionalidades, ha tenido un impacto positivo en el ámbito económico y social de 16 comunidades de la Amazonía ecuatoriana.
Al ahorro en compra de gasolina para el funcionamiento de los generadores se suma la posibilidad de que los niños puedan hacer sus tareas y que las mujeres sigan con su trabajo artesanal durante la noche. “Estos sistemas de energía solar han beneficiado a todos. Los abuelitos que no pueden dormir -dice- ahora se levantan a la madrugada a tomar alguna bebida y a tejer hamacas”.
Con la generación de energía limpia, este proyecto también ha logrado romper con la dependencia del petróleo que tienen las comunidades de la Amazonía y promover el intercambio de conocimientos entre las distintas comunidades.
Jóvenes de las comunidades Siekopai, Kofan, Siona y Waorani han sido capacitados como técnicos. Foto: Cortesía de alianza ceibo
Payaguaje explica que este proyecto, que hasta la fecha ha logrado la instalación de 126 sistemas de energía solar, siempre ha tenido como objetivo que los jóvenes de las comunidades se capaciten para dar mantenimiento a las baterías y paneles solares.
Uno de los primeros en capacitarse fue Ignacio Criollo, un joven que vive en Baboroe, una pequeña comunidad Cofán ubicada a orillas del río Aguarico donde viven siete familias. Durante los talleres se dio cuenta de la importancia de tener acceso a una fuente de electricidad libre de cualquier tipo de contaminación. “Al llegar la noche, una vez prendidos todos los generadores de la comunidad al mismo tiempo, el ruido es tan fuerte que uno se olvida de la tranquilidad que traen los sonidos de la selva”.
Al igual que Criollo, los jóvenes que se capacitan en este programa aprenden sobre electricidad, sistemas fotovoltaicos, seguridad eléctrica, lectura e interpretación de datos de generación y almacenamiento de energía. Para incrementar el número de técnicos también se han realizado alianzas y convenios con otros proyectos como Kara Solar.
Hace unas semanas, los especialistas de este proyecto acompañaron a los técnicos de las comunidades que son parte de Alianza Ceibo a monitorear los 126 sistemas de paneles solares que se han implementado en casas del norte de la Amazonía.
Payaguaje cuenta que el trabajo de Alianza Ceibo comenzó en el 2011, con el objetivo de proporcionar acceso seguro a agua limpia a todas las familias afectadas por la contaminación petrolera en la región. A raíz de esa experiencia sus integrantes se dieron cuenta de que pueden trabajar para solventar otras necesidades.
En la actualidad, la fundación cuenta con un programa de monitoreo de agua, monitoreo ambiental, de mapeo territorial, de prácticas propias, uno dedicado a la defensa de los derechos de las comunidades y otro al de las mujeres.
Uno de los objetivos de Alianza Ceibo es duplicar el número de sistemas de energía solar. Payaguaje cuenta que están trabajando para que se instalen 150 nuevos sistemas en hogares de las cuatro comunidades de la alianza.