José Luis Maigua a través de Ñuka Kichwa enseña el idioma materno en redes sociales. Foto: Álvaro Pineda para EL COMERCIO
Con la ayuda de la cámara de video de su teléfono celular, un ordenador portátil y un proyector, el otavaleño José Luis Maigua graba su programa Ñuka Kichwa -Mi lengua-.
Las lecciones, que son transmitidas a través del canal de YouTube Ñuka Kicwa, buscan ser una herramienta útil para personas que tienen interés en aprender la lengua materna.
Maigua, psicólogo educativo de profesión, trabaja como docente de kichwa en el Centro Educativo Intercultural Bilingüe Isla Santa María.
La iniciativa surgió para generar material didáctico de refuerzo para los estudiantes de este plantel, ubicado a 18 kilómetros de la ciudad de Cayambe, en el norte de Pichincha.
Sin embargo, este profesor, de 27 años de edad, a través de las redes social ha interactuado con personas de varias partes del país y de Colombia.
En los videos, que tiene una duración de entre 5 y 10 minutos, se enseña vocabulario. Ha explicado sobre verbos, la familia, partes de la casa, animales, días de la semana y meses.
En el último programa, Maigua indica sobre la estructura gramatical del idioma nativo. Explica que con el morfema wan, que significa con (la, el, los, las), se puede formar oraciones. Ñuka ushi misiwam pukllan, por ejemplo, significa mi hija juega con el gato.
Tanya Cando, compañera de labores de Maigua, le ayuda con la grabación de los programas. Tiene 25 años y confiesa que también se ha interesado por aprender esta lengua. “Los profesores necesitamos este tipo de material, que en el caso del idioma kichwa es escaso”, explica.
En el Ministerio de Relaciones Exteriores y Movilidad Humana se hizo la presentación en el país del Año Internacional de las Lenguas Indígenas 2019, el 30 de enero pasado.
Esta iniciativa de las Naciones Unidas busca “promover y proteger las lenguas indígenas y mejorar la vida de quienes las hablan”.
Para Maigua, ese es un incentivo para continuar con esta labor voluntaria. Considera que este es su mejor aporte para revitalizar este idioma.
El Museo Viviente Otavalango, igualmente, también le apuesta para que la lengua materna siga hablándose, especialmente en las nuevas generaciones.
Por eso, desde el mes anterior, cada sábado, dictan clases gratuitas de kichwa. Estas incluyen lecciones sobre gramática, sintaxis y fonética, explica Luzmila Zambrano, responsable del curso y del Museo.
Esta iniciativa empezó con 26 participantes, entre indígenas, mestizos y tres extranjeros, pero ahora son 45. “Mi afán es que estas personas aprendan a hablar el kichwa y lo repliquen en su trabajo”.
A la par, enseña costumbres y tradiciones del pueblo Otavalo. A partir del 21 de febrero, en la Casa de la Cultura de Imbabura abrirá otro curso.