El agua, los glaciares, los páramos y la conservación. Estos temas se abordaron en Radio Quito por el Día internacional de este líquido vital y allí surgieron inquietudes de los expositores. La presidenta del Fondo Mundial para la Naturaleza, Yolanda Kakabadse, dijo que en la actualidad el 97,5% de agua existente en el mundo es salado y que solo se dispone del 2,5% de este recurso.
De eso, el 70% es agua hielo y el 0,3% sirve para las personas, para producir alimentos y beber. “Deberíamos tener responsabilidades compartidas entre los países andinos y andinos amazónicos. Este tema debemos tratarlo a nivel regional. Perú es el país que en nuestra región tiene la cantidad más grande de glaciares de las naciones tropicales”.
Lanzó otras cifras: el 70% de los glaciares tropicales estaba en el Perú y de eso el 40% ya no existe. “Hablamos del impacto de la desaparición de glaciares en la población andina desde Colombia hasta Bolivia”.
En el panel de Radio Quito también estuvo el secretario general del Fonag, Malki Sáenz. Él lanza otras alertas: “Se hacen más o menos esfuerzos para preservar el agua, pero todavía faltan criterios de conservación. Uno de ellos en el proyecto de Ley de Aguas que se tramita en la Asamblea. “En el caso de Quito es bastante interesante, porque sí ha existido una preocupación local para ver el agua no solo en consumo, sino en la producción y el almacenamiento”. De allí que asegura que en sequía, el único proveedor de líquido es el páramo. “Cuando todavía tenemos agua en el grifo, es porque esos ecosistemas todavía están bien. Pero si cambian su vegetación puede haber problemas”.
En el Ecuador hay 1 500 000 hectáreas de páramo. De estas, un 35% pertenece a áreas protegidas. Unas pocas están muy alejadas de las zonas pobladas y la gran mayoría está amenazada por el pastoreo, el cambio climático, quemas y la ampliación de la frontera agrícola.
Por ello, Sáenz asegura que en la discusión del proyecto de la Ley de Aguas (en la Legislatura) “faltan muchos elementos” de conservación y la posibilidad de establecer mecanismos para apoyar el cuidado de esas zonas, llegar a acuerdos con comunidades que están en las zonas, cuidar las fuentes existentes.
Y plantea una estrategia nacional que aterrice en lo local. “Hay leyes que pueden chocar, potenciar o amenazar la conservación del recurso. Este hecho de las concesiones de agua debería estar presente en el canal nacional, pero luego debe llegar a lo institucional. Necesitamos una Senagua fuerte para normar ese proceso, pero tiene que decantar todo a nivel de la gestión local, de los municipios y más abajo”.
El experto en gestión del agua, Pablo Lloret, tiene nuevas lecturas sobre lo que ocurre con el líquido vital y habla de las aguas residuales. Cita que Cuenca que ha trabajado más de 30 años en este tema y a Quito que “no trata sus aguas”.
“Hay un caos en la administración del recurso del agua y que existe alrededor de 80 000 concesiones. Aquí hay cosas curiosas. Por ejemplo, en el río San Pedro hay tramos en donde se han concesionado siete veces el caudal del río”, señaló.
Con base en ello planteó de que la nueva Ley de Aguas norme esos procedimientos. “Al ser un bien estratégico del Estado no se lo puede concesionar, sino simplemente autorizar su uso” de este recursos natural.
En contexto
La mitad de los habitantes de A. Latina recibe servicios de agua potable deficientes, por lo que se debe invertir más en mejorar la calidad de este recurso y un saneamiento adecuado. Este dato surgió del encuentro regional sobre energía y líquido vital.