Las familias se reúnen en la producción de panela de la comunidad. Foto: Marcel Bonilla / EL COMERCIO
Los hornos artesanales donde se prepara este producto están atacados de leña para elaborar la panela, con la mejor caña de azúcar de la parroquia Altotambo.
Estos fogones de tierra son una tradición en la comunidad de La Nueva Esperanza, cantón San Lorenzo, norte de Esmeraldas.
Las familias indígenas de la nacionalidad Awá se han dedicado históricamente al cultivo de la caña para la alimentación de la población y para elaborar panela de forma artesanal.
Patricia Solarte, una de las productoras, dice que desde hace un año 30 familias se organizaron para mejorar la producción, con apoyo técnico de la Prefectura de Esmeraldas y las fundaciones Altrópico y Codespa, que apoyan la iniciativa de negocio.
Durante el acceso a esta comunidad se observan los sembríos de caña de azúcar de comuneros; luego de cortada es llevada un trapiche artesanal empujado por acémilas, para realizar la molienda.
Muchos de los trapiches que se observan en la comunidad El Cristal son familiares y tienen áreas de producción de caña de entre dos y tres hectáreas en sus fincas.
Cerca de las casas está el molino de madera, construido artesanalmente y considerado como un símbolo del trabajo en estas comunidades.
Para la producción de panelas en fogones, las mujeres recolectan leña para prender los hornos, proceso que demora todo un día, para obtener 16 panelas grandes de dos tapas.
Los habitantes de Altotambo venden a USD 3 cada unidad, pero el productor Darwin Guerrero señala que el precio es muy bajo comparado con el costo de producción.
En esta zona, el cultivo de la caña ha sido una tradición de los abuelos, que ha pasado de generación en generación, pero ahora buscan darle un mayor valor mayor.
El proceso de mejoramiento se ha iniciado con un grupo de mujeres de estas comunidades, que tiene 30 hectáreas de caña en producción. Esto permitirá aumentar la generación de panela hasta en un 300%.
A través del Departamento de Desarrollo Productivo de la Prefectura de Esmeraldas y el Programa de la las Naciones Unidas Creciendo con su Negocio, se empezó con el fortalecimiento de mercado.
Esta alianza ha permitido realizar análisis para ver la calidad de la caña, que está entre una de las mejores, por las características del suelo y cultivo orgánico, explica Cecilia Black, técnica de la Prefectura de Esmeraldas.
A inicios de enero se logró conformar una asociación, y con el apoyo de Codespa, se ha empezado la construcción de una planta para la producción de panela.