Cientos de miles de pacientes en todo el mundo pueden haber estado expuestos a niveles significativos de metales tóxicos debido a defectos en las prótesis de cadera, aún cuando se conocía el riesgo, denunció el martes una investigación de la revista BMJ y la BBC de Londres.
La investigación de la revista British Medical Journal y la BBC apuntó a DePuy Orthopaedics, diciendo que la empresa siguió vendiendo estas prótesis de cadera incluso después de saber del riesgo.
El diario francés Le Figaro reveló por su parte que las prótesis de cadera ASR fabricadas por DePuy Orthopaedics, filial de empresa estadounidense Johnson and Johnson, fueron retiradas de los mercados de Australia y Estados Unidos en 2009, pero siguieron vendiéndose en Francia hasta julio de 2010.
“El escándalo de la prótesis de cadera ASR podría haber pasado desapercibido si el gigante estadounidense Johnson and Johnson no hubiera previsto tres mil millones de dólares para eventuales juicios”, escribió Le Figaro.
Las prótesis de cadera, como los implantes mamarios, son dispositivos médicos y no tienen las mismas limitaciones comerciales que los medicamentos.
“Los métodos de regulación de los dispositivos médicos parecen más de la década de 1950 que del siglo XXI”, dijo el profesor Nick Freemantle, del University College of London, citado en el BMJ.
Las prótesis ASR tienen la particularidad de articular metal sobre metal, un modelo considerado más resistente que las articulaciones cerámicas, pero tiene la desventaja, debido a la fricción, de liberar iones metálicos.
El riesgo de fuga de las prótesis de cromo-cobalto se sabe desde 1975, cuando los médicos descubrieron que el tejido local reacciona a los iones o átomos cargados, a partir de estos metales, dijeron los investigadores.
“Los iones también pueden filtrarse en el torrente sanguíneo extendiéndose a los ganglios linfáticos, el bazo, el hígado y los riñones antes de ser excretados en la orina”, dijo la revista BMJ.
Pruebas de laboratorio también relacionaron el cobalto a una condición cardíaca conocida como cardiomiopatía e identificaron los iones de cromo como un probable cancerígeno.
El BMJ y el informativo de la BBC Newsnight dijeron haber visto un memorándum interno de DePuy de 2005.
“Además de inducir cambios potenciales en la función inmune, ha habido preocupación durante algún tiempo de que las partículas de desgaste puedan ser cancerígenas”, decía el memo, según se informó.
A pesar de esto “DePuy continuó la comercialización de las prótesis de cadera del tipo metal sobre metal, con material promocional que no reflejaba las preocupaciones internas de la empresa”, denunció el estudio de BMJ y la BBC.
En 2010, DePuy retiró su prótesis ASR y promovió otro diseño llamado Pinnacle como “una alternativa para la mayoría de los pacientes ” .
Pero Pinnacle también tuvo problemas por la fricción de metal contra metal y al año siguiente los investigadores británicos advirtieron al organismo de control de la seguridad sanitaria nacional del fracaso de este modelo, según el informe.
Contactada por la AFP, una portavoz de DePuy confirmó que las prótesis ASR no fueron retiradas del mercado en todo el mundo hasta un llamado a su retiro en agosto de 2010.
Estas prótesis “funcionan bien en la mayoría de los pacientes, un pequeño número” ha reaccionado mal, dijo la vocera, señalando que unas 93.000 personas recibieron una prótesis ASR.
Sin embargo, rechazó comentar sobre la investigación de la revista BMJ y la BBC, afirmando que J&J reunirá luego la información del caso y responderá más tarde.
La portavoz también señaló que “ 20 empresas venden prótesis de ‘metal sobre metal’”, como las prótesis ASR. J&J no vende más prótesis metálicas actualmente, dijo.
La investigación culpa a los reguladores de salud estadounidenses y europeos por no responder a las preocupaciones, y más aún, por no establecer un control de los pacientes que habían recibido las prótesis de cadera que podían producir desechos tóxicos.
“Esta no es la desafortunada falla para detectar los errores de una empresa deshonesta, o la avería imprevista de un pequeño número de dispositivos. Es la incapacidad para prevenir que toda una clase de prótesis de cadera se utilice en cientos de miles de personas en todo el mundo”.
La controversia coincide con un escándalo mundial debido a implantes mamarios defectuosos.
Más de 400 000 mujeres en todo el mundo se cree que han recibido implantes realizados por la empresa francesa PIP, que cerró en 2010 después de saberse que había utilizado un gel de silicona deficiente.