Ilich Castillo explora el mundo de los objetos

Las esculturas son elaboradas con papel maché.

Las esculturas son elaboradas con papel maché.

Siete esculturas se ­exhiben en el pabellón I del Centro de Arte. La inauguración es este sábado 2 de diciembre a las 11:00. Fotos: Cortesía del CAC

Para el artista guayaquileño Ilich Castillo, lo atractivo de un objeto está en sus anomalías, en sus irregularidades, en sus desfases, en sus deformidades, en sus desviaciones y en sus posibilidades para generar usos distintos para los que, en un principio, fueron creados.

Esa forma particular de percibir la realidad, sobre todo su entorno más próximo, está presente en ‘Objeto diferido’, la muestra curada por Rodolfo Kronfle que se abre mañana, 1 de diciembre del 2017, en los pabellones I y II del Centro de Arte Contemporáneo.

En el pabellón I se exhibe la serie ‘Productos terminados de movimiento rápido’, compuesta por siete esculturas y 17 bocetos. Estas piezas tienen como antecedente el archivo Piedra y Hacha, donde el artista acumuló fotografías de su autoría y otras que aparecieron en las secciones de reclamos de la prensa comunitaria.

En Piedra y Hacha hay fotografías de personas señalando las grietas que existen en paredes de casas y objetos que aparecen como parte del paisaje urbano, entre ellos fundas plásticas, botellas, cartones, sillones, papeles, ramas de árboles caídas, animales y carros abandonados.

Las esculturas son elaboradas con papel maché.

A partir de esas fotografías realizó la serie de bocetos que se exhiben en esta sala. En estos dibujos, los objetos comienzan a transformarse en algo indefinido, en piezas que ya no tienen nada que ver con su génesis y a las que dota de otros significados.

Varios de esos bocetos se convirtieron en las siete esculturas de papel maché que se exhiben en esta exposición. Esculturas de una naturaleza efímera bañadas de colores pasteles, un guiño del artista a su cercanía con la cultura popular.

Kronfle sostiene que la intención de Castillo por trabajar con su entorno próximo y la visualidad que lo rodea día a día puede ser leída como una especie de enunciado político que rodea todo su trabajo.

En el pabellón II se exhibe la serie ‘Trampas cromáticas’, donde reúne fotografías obtenidas de Internet de una serie de artefactos diseñados para atrapar insectos por medio de su atracción a varios colores, mientras que en Bichos de Jardín aparecen fotografías de plantas afectadas por plagas.

Las piezas tienen su génesis en objetos de la calle.

“Estas imágenes tienen un complemento geométrico que no es más que un ‘glitch’ (error de programación) producido en la imagen del insecto causante, generado aleatoriamente al insertar el nombre científico correspondiente en el ­código digital de cada una”, explica Kronfle.

En esta sala también están obras como No sabe/No contesta, en donde se pone en duda la objetividad que deriva del lenguaje gráfico de las encuestas. Castillo convirtió los diagramas de pastel en pequeños elementos escultóricos que cobran vida en fotografías de paisajes rocosos y zonas desérticas.

En la serie Partitura para Mercalli el artista desplaza una serie de gráficos de flechas, descontextualizados de ilustraciones científicas alrededor de la teoría de placas tectónicas, para sobreponerlos en las páginas desprendidas de una enciclopedia de decoración de los años setenta ‘Cortinajes y Tapizados 2, en la Decoración Clásica y Moderna’.

Kronfle sostiene que Castillo está en un momento clave en su carrera artística “en el que ya ha encontrado una madurez y ha logrado afinar una poética propia y muy sofisticada”, que no la encuentra derivativa de ningún otro artista a escala local o mundial”.

En ‘Objeto diferido’, Castillo también juega con el azar y el accidente para romper con la dicotomía entre lo útil y lo inú­til vinculado a los objetos.

La muestra abrirá hasta la primera semana de marzo del 2018. Los horarios de visitas son de martes a viernes, de 10:30 a 17:30, y los fines de semana y feriados de 09:30 a 17:30. Acceso libre.

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