El gasto de los servicios privados de salud subió vertiginosamente en el Instituto Ecuatoriano de Seguridad Social (IESS), los cinco últimos años.
Mientras en el 2004, la entidad gastó USD 16 millones 418 mil por la atención de afiliados en centros privados, en el 2009 esa inversión subió cinco veces: se pagaron USD 79’585 786.
Pese a los gastos exorbitantes y aunque no existe un plan para sustituir esos servicios a mediano y largo plazos, el IESS está construyendo seis hospitales y ampliando las facilidades en otros. Este año la inversión será de USD 140 millones.
Actualmente, a través del call center, 610 000 personas demandan los servicios médicos del Seguro en todo el país. Pero 200 000 usuarios se quedan fuera de la cobertura.
El mayor requerimiento se concentra en el Hospital Carlos Andrade Marín: anualmente en el servicio externo se atienden 385 000 personas; 153 352 en emergencias, 26 682 en hospitalización y 16 869 en cirugía.
Para cubrir estas limitaciones, el Seguro envía a los pacientes a las 158 hospitales y clínicas privadas que están en convenio.
Una de las beneficiarias fue Juana Mera, de 55 años, quien se fracturó la cadera. Su dolencia le impedía caminar.
Ella es afiliada al Seguro Social Campesino. “Soy de Manabí y me dieron el pase a Quito, pero en el Hospital Carlos Andrade Marín (HCAM) no hubo camas”, recuerda. Entonces fue enviada al Hospital Inglés, donde mensualmente se atiende a 25 pacientes del IESS. En tres años (2007-2009) este centro atendió a 4 129 pacientes, por lo cual le pagaron USD 2’803 769.
En el 2009 pocas clínicas se beneficiaban de los convenios. Desde el 2004 al 2009, estos centros recibieron USD 229 millones por sus servicios.
Pero al detectarse una serie de anomalías en el procedimiento -según fuentes del IESS- se amplió la red de cobertura: hoy los afiliados pueden recibir atención en 158 centros privados. Para acceder al servicio hay dos modalidades. El envío del paciente desde el IESS a una clínica; y la atención en las unidades de emergencia. En estos casos cualquier afiliado puede acudir directamente y recibir atención. La cobertura es del 100%.
Uno de los casos fue César Moya, de 84 años. Ingresó por emergencia a la Novaclínica con un cuadro de neumonía, aunque no tenía autorización del IESS.
Luego de su ingreso, sus familiares hicieron los trámites para que el Seguro cubriera los gastos. “No hay ninguna diferenciación en el trato. El jubilado merece buena atención”, dice Alfonso Moya, familiar.
Pese al servicio que Moya recibió, el desembolso del IESS puede tardar. “Esto podría desfinanciar a cualquier institución. Y echar abajo esta iniciativa que beneficia al afiliado”, indica Antonio Betancourt, director médico de la Novaclínica. No obstante, Nilda Villacrés, subdirectora de Salud Individual y Familiar, asegura que esos retrasos ya han sido superados, y que se paga al final del mes. “El nivel de satisfacción del usuario es del 95%. Cuando tenemos quejas las anexamos al expediente del proveedor para luego analizarlas”.
Los costos están regulados por un tarifario del IESS, que rige desde el 2009. Por ejemplo, en la Novaclínica una cirugía de cadera cuesta USD 2 789, pero para un paciente del IESS es de USD 2 064. El valor en el HCAM es el mismo o mayor.
Francisco Cepeda, gerente del Hospital de los Valles, considera que el convenio es positivo porque permite que el HCAM despache las cirugías represadas. “Las personas están agradecidas con el Hospital y con el IESS porque han encontrado una solución a problemas que les han afectado hace mucho tiempo”.