El director ejecutivo del Instituto de Cine y Creación Audiovisual (Icca), Jan Vandierendonck, indica que el Icca evalúa el escenario con el objetivo de implementar un plan de contingencia por la amergencia, en conjunto con el Ministerio de Cultura. Foto: Diego Pallero / EL COMERCIO
Hasta finales de abril se calculó una pérdida de USD 20 millones en el sector cultural, según estimaciones del Ministerio de Cultura y Patrimonio. En el caso del audiovisual, los efectos de la pandemia por coronavirus se sienten en la paralización de producciones, la cancelación de eventos públicos y el cierre indefinido de las salas de cine.
Según información del Instituto de Cine y Creación Audiovisual (Icca), hay 42 proyectos audiovisuales que reportan pérdidas por USD 1,2 millones. Son filmes y festivales que se encuentran en distintas etapas de desarrollo. Esos proyectos involucran a 250 actores y 749 personas del equipo técnico, administrativo y sus familias.
Con esta información, el Icca evalúa el escenario con el objetivo de implementar un plan de contingencia, en conjunto con el Ministerio de Cultura. “Estamos preparando nuevas iniciativas de fomento”, dice Jan Vandierendonck, director ejecutivo del Icca, sobre las acciones para mantener la operatividad de los procesos y redirigir ciertos recursos.
A través de una resolución, el Icca dispuso la suspensión de los plazos de ejecución de proyectos audiovisuales que recibieron fondos públicos. Actualmente hay 63 procesos activos entre 2018 y 2019. Esta medida, sin embargo, no afectará el cronograma de la Convocatoria Icca 2020, en sus tres llamados. Los trámites y aplicaciones para las convocatorias se realizarán a través del portal web de la institución.
Tras la declaratoria de emergencia se anuló todo plan de viaje al exterior, para profesionales y funcionarios. En su lugar, el Icca apoyará económicamente la participación de cineastas y productores en festivales que realicen ediciones virtuales, como el Marché du Film de Cannes. “Eso significa que posiblemente tengamos mayor presencia en Cannes que antes, porque tendríamos el mismo dinero para cubrir menos gastos en pasajes y viáticos”, dice el director ejecutivo.
En otra línea de acción, se espera la aprobación del directorio para lanzar dos convocatorias. El objetivo, dice Vandierendonck, es generar empleo para los técnicos y crear una memoria de lo que está pasando en el país. Las convocatorias serán para la creación de cinco cortometrajes de ficción y cinco cortos documentales, que aborden el tema del coronavirus. Cada proyecto recibirá un incentivo de USD 20 000 (USD 200 000 en total), con la condición de que el 75% sea invertido en sueldos para personal técnico.
Actualmente, existen 5 361 personas y empresas registradas con actividades económicas en el sector audiovisual, en Pichincha, según los registros del SRI, proporcionados por el Icca.
También se adelanta la creación de una plataforma digital que pueda alojar a los festivales nacionales. Esta medida pretende anticiparse a una restricción de eventos públicos hasta finales de año. Vandierendonck explica que los gobiernos locales pueden sumarse a esta iniciativa colaborando con equipos y espacios, para que la población pueda acceder a las proyecciones.
También se acelera el desarrollo de un sitio web para la Red de Espacios Audiovisuales, que contiene un banco de contenidos audiovisuales al que tendrán acceso los gestores culturales que trabajen en programación y difusión.
En el caso de los cines, la suspensión sigue siendo indefinida. Si bien los grandes estudios de Hollywood han aplazado el estreno de sus principales películas, una posible extensión de la medida de suspensión de espectáculos en Ecuador podría dejar a los cines sin varias películas taquilleras en cartelera.
Mariana Andrade, representante del cine Ochoymedio, dijo que cada cine evalúa su propia situación. En el caso del Ochoymedio, asegura que la situación es crítica y dice que la reapertura dependerá de la decisión de las autoridades nacionales. Si bien el tamaño y la programación de esta sala difiere de las grandes cadenas de multisalas, Andrade coincide con los representantes de otros cines en que el regreso será bajo medidas restrictivas de aforo, programación y ocupación de las salas.
“Hay salas que tendrán grandes problemas. Estamos considerando esta situación, pero es difícil porque el Fondo de Fomento no permite ayudar con esto”, explica Vandierendonck sobre la situación de los cines. Andrade lamenta que este 2020 no se abrió la categoría de exhibición en los fondos concursables del Icca. “Es un error a mi modo de ver. Si se cierran las salas de cine se elimina un eslabón de la cadena de producción del cine ecuatoriano y eso no puede suceder”, explica Andrade.
Salas como el cine de la Floresta están a la espera del plan de contingencia anunciado por el Ministerio de Cultura. En ese contexto, dice Andrade, es fundamental incentivar la inversión del sector privado, como un actor clave en la sobrevivencia de las pequeñas salas de exhibición.
Andrade no descarta recurrir a una campaña de salvataje para el cine como negocio y espacio de encuentro social. “Para nosotros es fundamental rescatar el contacto humano, así sea pequeño, de espacios reducidos y pocas funciones”, asegura.