Humboldt visto a través del arte contemporáneo

Autorretrato de Humboldt (izquierda).  Retrato Humboldt por G. Vargas (derecha).

Autorretrato de Humboldt (izquierda). Retrato Humboldt por G. Vargas (derecha).

Fabiano Kueva en la Villa de Lante, 2015. La foto la realizó Elena Vargas. Foto: Cortesía Fabiano Kueva

El Archivo Alexander von Humboldt es una de las investigaciones artísticas en proceso más ambiciosos de la escena local. Durante 10 años (2011-2021), el artista Fabiano Kueva se propuso ficcionar el viaje que Humboldt y Aimé Bompland realizaron por América entre los años 1799 y 1804.

Para armar este archivo crítico, Kueva ha realizado varios viajes por Ecuador, Colombia, Alemania y México, donde se encuentra actualmente. En cada una de estas travesías ha generado una serie de documentos, fotografías y videos que interpelan los límites discursivos de los viajeros científicos como el de la ilustración, la naturalización de América y la invención del Trópico.

Esos discursos, en el caso de Humboldt, fueron descritos en los 30 volúmenes publicados bajo el título general de ‘Viaje a las regiones equinocciales del Nuevo Continente entre 1805 y 1834’.

El énfasis del Archivo Humboldt está enfocado en varios pasajes de expedición americana: el período en España previo al viaje americano; el viaje por el río Magdalena y el contacto con el botánico Celestino Mutis; la ascensión al volcán Chimborazo; y el periodo de regreso a Europa previo a la publicación de sus obras.

Autorretrato de Humboldt (izquierda).
Retrato Humboldt por G. Vargas (derecha).

En el 2016, Kueva hizo un corte de en su investigación para armar el gabinete de curiosidades que se exhibió en una de las salas del Centro de Arte Contemporáneo como parte de la exposición de los proyectos que ganaron la beca del Premio Nacional de Artes Mariano Aguilera correspondientes a la convocatoria 2014.

A criterio de Ana Rodríguez, una de las curadoras de la exposición, el gabinete de curiosidades de Kueva, a diferencia del museo moderno, resultó vivo y fue una invitación al goce y no a la ciencia. “Con este proyecto, el artista propone un encuentro con el viajero decimonónico, para lo cual inventa un nuevo viajero, el artista usurpador”, afirma.

Con este proyecto, Kueva también busca interpelar al archivo, como una institución donde reposa la memoria y la verdad de un pueblo.

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