El diseño del huerto fue elaborado a base de materiales reciclados, entre ellos tres bañeras. El encargado de la creación fue el arquitecto Daniel Moreno Flores. Foto: Cortesía del CAC
Las huertas urbanas se han convertido en una opción para mantener vivos los conocimientos ancestrales que existen alrededor de las plantas. Uno de los últimos huertos que se han abierto en la ciudad está ubicado en el barrio de San Juan, en uno de los corredores del Centro de Arte Contemporáneo (CAC).
El huerto es parte del proyecto A la Huerta, una iniciativa implementada por la Fundación Museos de la Ciudad.
Para recuperar este espacio se llamó a un concurso abierto. La iniciativa ganadora fue la que propuso crear un huerto acuapónico, una mezcla entre hidroponía y piscicultura.
Gledys Macías, mediador del CAC, cuenta que lo siguiente fue convocar a los vecinos de barrio para decidir qué tipo de plantas cultivar. “La gente que participó eligió sembrar plantas ornamentales, alimenticias y medicinales. En relación con los peces se decidió crear un espacio para una piscina decorativa y otra donde haya tilapias”.
Una de las personas que participó en la selección de las plantas fue Dinna Barcia, la presidenta del barrio San Juan. Para ella y sus compañeras, era importante que en el huerto del CAC se sembraran plantas medicinales, porque no quieren que se pierdan los conocimientos respecto de su uso que heredaron de sus abuelas.
Entre las plantas alimenticias que sembraron estánel apio, la lechuga, el berro, la frutilla, la uvilla, el cebollín, el tomate y el ajo; y entre las plantas medicinales están el cedrón, la menta, la manzanilla, la hierba buena, la hierbaluisa, el orégano y la ruda.
Barcia cuenta que, según lo que aprendió de sus abuelas, la ruda es una planta que ayuda a las mujeres cuando tienen cólico menstrual y también sirve para limpias que se hacen a los niños cuando tienen mal de ojo. “También están plantas como el orégano, que es bueno tomar cuando uno tiene la barriga muy llena; o la hierbabuena, que sirve para cuando uno está muy nervioso y necesita relajarse un poco”, señala la vecina del CAC.
Para que los habitantes del barrio y los visitantes del Centro de Arte Contemporáneo conozcan más sobre los etnoconocimientos vinculados a estas plantas, se crearon recorridos con cuatro líneas de trabajo:desarrollo sostenible; soberanía alimentaria; arte, territorio y naturaleza; y una línea de género. La idea -dice Macías- es que la gente que visita el huerto reflexione sobre temas como la cantidad de comida que se desperdicia, los cuidados que necesita el suelo o la selección de semillas.
Los materiales que se usaron para la creación del huerto del CAC son reciclados. Las plantas, por ejemplo, fueron sembradas en viejas bañeras. El mentalizador del huerto fue Daniel Moreno Flores, quien trabajó con Roberto Albán y los vecinos del barrio para la implementación del espacio dentro de la institución.
Barcia cuenta que, además de la transmisión de conocimientos sobre el uso medicinal y comestible de las plantas, la huerta del CAC ha servido para generar un proceso de trabajo solidario entre los vecinos de San Juan. Los recorridos especializados por la huerta de este barrio se realizan todos los viernes, a las 11:00.