La fachada principal tiene una carcasa de aluminio decorativo de gran impacto visual. Foto: Patricio Terán/ EL COMERCIO
Frente al claroscuro del ocaso, la gran fachada negra de acero y paneles de aluminio compuesto ACM parece un OVNI tocando pista en el aeropuerto Mariscal Sucre, su vecino.
Una prospección más profunda descubre, en cambio, la estilizada figura de un cóndor con sus alas extendidas. Esa imagen icónica es, precisamente, la que quisieron proyectar los diseñadores del flamante Wyndham Aeropuerto (Hotel Gran Cóndor Quito), emplazado frente con frente con el aeródromo de Tababela.
La fachada es, en esencia, una carcasa; un doble frente. Y su función va más allá de lo decorativo. Forrada por dentro con madera de teca y con una curvatura interior ‘sui géneris’, sirve como atenuante de los ruidos y reguladora de los vientos de la zona, explica el Arq. Xavier Noriega, gerente de Proyecto Pronobis S.A.
La gran crujía tiene un núcleo y dos alas. Las habitaciones están en los pisos altos. Foto: Patricio Terán/ EL COMERCIO
Este frontis encierra la edificación en sí: una sola crujía horizontal de 15 400 m² dividida en una parte central y dos alas. Y que subtiende un subsuelo, una planta baja y cuatro plantas superiores. Las áreas externas suman 8 000 m².
Ese diseño arquitectónico también obedece a las condiciones climáticas del área, asevera Noriega. Lo complementa una estructura de hormigón armado sismorresistente que, además de cumplir con las normas nacionales e internacionales de construcción, garantiza la seguridad de los huéspedes. Este círculo se cierra con los correspondientes sistemas antiincendios, de presurización y cuatro salidas de emergencia que garantizan una evacuación total en, máximo, cinco minutos.
De corte contemporáneo, el edificio se caracteriza por su óptima funcionalidad, el amable y agradable diseño interior, el equipamiento idóneo y la decoración y el mobiliario adecuado. Este, por ejemplo, pertenece a tiendas tan exclusivas como Adriana Hoyos, Colineal, Fadel y otras.
En el foyer o vestíbulo principal la madera imprime calidez. El mobiliario es actual. Foto: Patricio Terán/ EL COMERCIO
El Wyndham cumple a cabalidad con la vieja sentencia: un lugar para cada cosa y cada cosa en su lugar.
En el sótano se emplazan, según los sectores: la zona de servicios (ingreso de proveedores, cocina de eventos, bodegas, cuarto de recolección y reciclaje, comedor de personal, nueve cuartos fríos…); la zona administrativa (oficina de control, vestidores, talleres, lavandería, cuarto de máquinas…); y la zona de eventos. Esta abarca un foyer general, salones de eventos (el mayor para 360 personas), baterías sanitarias y zona de video.
En la planta baja se alinean el lobby principal, la recepción, la cocina, el restaurante, un lobby bar y salas de reuniones.
En los pisos superiores se habilitaron 150 habitaciones, entre simples, dobles, suites…
Según Andrés Pachano, gerente general de Conprogra, la inversión fue de USD 20 millones, el tiempo de construcción de 18 meses. 300 personas levantaron el proyecto.
El Hotel Wyndham Aeropuerto está en Tababela. Es una síntesis de funcionalidad y diseño.