Las madrugadas y las noches son las mejores horas para
entrenarse, porque el calor y la radiación tienen menor impacto. Foto: Xavier Caivinagua/ EL COMERCIO.
A medida que suben las temperaturas en el estío, suele bajar la motivación para hacer ejercicio por la humedad y el calor. Son factores incómodos que, sumados a la comida de los viajes, dejan un resultado, al final del verano, de algunas libras de más.
Para quienes no desean llegar al final de la temporada para enclaustrarse en un gimnasio y matar de hambre al cuerpo, “lo ideal es no dejar de ejercitarse”, indica Alberto Oñate, médico deportólogo. Para esto dice que es importante tener en cuenta algunos factores como la hora del día y el tipo de ejercicio que va a realizar.
Por ejemplo, según un estudio del Consejo Americano de Ejercicio, las personas que se ejercitan poco después de despertarse tienden a ser más consistentes en continuar la rutina día tras día. Otros estudios similares muestran que después de una sesión de actividad física de 45 minutos en las primeras horas de la mañana, las personas prefieren desayunos más saludables.
Quienes se entrenan en la noche, por otro lado, descansan mejor. Así lo mostró un estudio del 2012 con 20 jugadores de fútbol en Túnez. Los atletas tuvieron un mejor desempeño en entrenamientos que tenían lugar después de las 5 de la tarde. De la misma forma en un experimento con nadadores, se obtuvieron los mejores tiempos cuando se practicaba en las primeras horas de la noche.
Sobre el tipo de ejercicio, la natación es la mejor alternativa. “Al estar en el agua, te sientes menos fatigado y cansado por el calor y por el sol”, dice Oñate, quien trabaja en una consulta privada en el norte de Quito.
Este tipo de ejercicio fortalece la musculatura pero también obliga al corazón y a los pulmones a desarrollar una mayor resistencia. Si bien en el calor los músculos trabajan mejor, el tiempo que se ejercita es reducido por las condiciones climáticas.
Cuando se realizan otro tipo de actividades, como atletismo o ciclismo, se deben tomar precauciones. La regla principal es no exponerse al sol entre las 11:00 y las 15:00 porque la radiación solar es mayor en esa franja horaria, indica Alexandra Jiménez, médica dermatóloga.
En esta época y a esas horas, la piel corre mayor riesgo de sufrir afecciones por la radiación. Acompañar el ejercicio con una hidratación adecuada que supere los dos litros de agua al día también ayudará a que el cuerpo tolere mejor el ejercicio y resista más tiempo en temperaturas altas.