La homosexualidad, todavía un tabú en el lugar de trabajo en Francia

responsables indonesios indicaron que la protección de los derechos de la comunidad homosexual en el país no era una prioridad.

responsables indonesios indicaron que la protección de los derechos de la comunidad homosexual en el país no era una prioridad.

Imagen referencial. Según los resultados de una encuesta, el 13% de las residentes en Francia mienten sobre el género de su pareja o dicen estar solteras en su trabajo. En 2015, lo hacía un 11%. En cambio, en Reino Unido y Alemania solo un 4% opta por esconder su homosexualidad. Foto: archivo

Antoine considera que la homosexualidad sigue siendo un tema “tabú” en su lugar de trabajo, por lo que decide esconderla. Y así lo siguen haciendo muchos en Francia, la víspera de la jornada internacional de lucha contra la homofobia y la transfobia.

Contable en un grupo del sector del lujo desde hace más de un año, Antoine (nombre ficticio), de 26 años, cree que hablar de su vida en pareja con Guillaume, de 33, podría suponer “un freno de cara a un ascenso” laboral. En cambio, su pareja, gerente de productos en una compañía de telecomunicaciones, sí que dijo públicamente que era homosexual en su empresa.

Antoine y Guillaume ilustran la disparidad de situaciones y las dificultades que persisten en algunas empresas para ser uno mismo, en un país que acaba de cerrar un quinquenio en el que se aprobó el matrimonio entre personas del mismo sexo (2013), no exento de polémica y violentas protestas.

Su caso refleja los resultados de un estudio publicado la semana pasada por The Boston Consulting Group (BCG), realizado entre marzo y abril de 2017, con la participación de estudiantes y jóvenes profesionales LGBT (lesbiana, gais, bisexuales y transgéneros) de Francia, Reino Unido y Alemania.

De las 1 636 personas que respondieron al cuestionario, el 13% de las residentes en Francia mienten sobre el género de su pareja o dicen estar solteras en su trabajo. En 2015, lo hacía un 11%. En cambio, en Reino Unido y Alemania solo un 4% opta por esconder su homosexualidad.

Un 30% de los participantes perciben como un riesgo declarar su homosexualidad en una compañía en Francia, frente al 49% de 2015.

No es un asunto 'privado' 

Entrevistado por la AFP, Thomas Delanot, responsable para Europa de la red LGBT y coautor del estudio para BCG, considera que “globalmente (hay) una dinámica positiva en Francia, aunque el 20% no se sienta cómodo” diciendo que es homosexual en su lugar de trabajo. En Reino Unido, son el 17% y en Alemania, el 18%.

El sector empresarial es un factor importante en la elección de los jóvenes LGBT a la hora de elegir su futuro empleo y su eventual “salida del clóset”.

En Francia, el gran consumo y el lujo (61%), los servicios públicos (58%) y los medios y la cultura (58%) son los sectores en los que los jóvenes LGBT dicen abiertamente que lo son. En cambio, solo el 35% de los encuestados se sentiría cómodo declarando su homosexualidad en el sector de las finanzas, y el 44%, en la industria.

Antoine guarda un mal recuerdo de su época de estudiante, cuando hizo una pasantía en contabilidad en una factoría. “Fue un periodo difícil. Era la época del debate sobre el matrimonio homosexual. La gente se dejaba llevar, nos insultaban”, cuenta.

En 2013, el ejecutivo socialista presidido por François Hollande aprobó la ley que autoriza el matrimonio y la adopción por parejas del mismo sexo.

La adopción del texto mostró las fracturas entre las distintas posturas que hay en Francia respecto a este tema: los debates encarnizados duraron meses y se produjeron virulentas manifestaciones de opositores, que defendían valores de la familia tradicional.

Patrick Thiébart, abogado especializado en discriminaciones en el trabajo, menciona una “autocensura por parte de los empleados”, a pesar de que “en Francia tengamos un marco jurídico fuerte y una jurisprudencia” que respalda estos derechos.

Así, en septiembre de 2016, el banco BNP Paribas fue condenado a pagar más de 600 000 euros a un exempleado homosexual por el “comportamiento machista y sexista” de sus colegas, que creó “un ambiente de trabajo particularmente opresivo”, recuerda Thiébart.

Asimismo, el código laboral francés estipula que el empleador tiene la obligación de asegurar la salud física y mental de los empleados, incide el abogado, por lo que la orientación sexual “no forma parte únicamente de la esfera privada” y que “las empresas que creen eso, se equivocan”.

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