Hernán Ricaldoni, un artista que reivindica el collage

Foto: Galo Paguay / EL COMERCIO

Foto: Galo Paguay / EL COMERCIO

El trabajo del  argentino Hernán Ricaldoni se exhibe en el Centro Cultural de la PUCE, en Quito. Foto: Galo Paguay / EL COMERCIO

El papel se ha convertido en un material esencial en el trabajo del artista argentino Hernán Ricaldoni. A través de él ha logrado crear mundos como el de ‘Alas y Mujeres’, la serie de 52 cuadros que son parte de la exposición que se exhibe desde ayer (martes 26 de febrero del 2019) en la sala principal del Centro Cultural de la Pontificia Universidad Católica del Ecuador.

En los cuadros de esta serie hay papeles de todo tipo de gramaje, color y textura. Papeles que Ricaldoni corta y pega con la minuciosidad de un artesano, para armar sus collages, una técnica que ha pulido desde sus años de estudiante y que ha perfeccionado hasta llegar a las vitrinas de varias galerías y centros culturales de Europa.

Este oriundo de Necochea, una ciudad ubicada a 500 kilómetros de Buenos Aires, cuenta que en el proceso de creación de sus collages siempre va del caos al orden; de manchar la tela con sus lienzos, en un especie de ejercicio catártico, a contemplar las posibilidades que le puede brindar el papel. Su referente en este trabajo es Víctor Chab, uno de los artistas que introdujo el automatismo psíquico en Latinoamérica. “Una de las cosas que aprendí de él -dice- es que la transparencia que te pueden dar los papeles pueden servir para crear universos que desde la pintura no se pueden lograr”

Para diferenciarse de la obra de Chab, cuyo énfasis estaba en el abstraccionismo, Ricaldoni decidió que sus collages estarían poblados de motivos que den cuenta de sus preocupaciones sociales. Una de las problemáticas sociales por las que se interesó durante los últimos años es la lucha que están gestando las mujeres de la región por la equidad de género. Los cuadros de esta muestra dan cuenta de esas reflexiones a través de collages donde aparecen mujeres de cuerpos y rostros firmes cuyas extremidades, muchas veces, terminan convertidas en una especie de alas.

Una de las características de estos cuadros son la línea horizontal que las atraviesa, una referencia al paisaje en el que vive; una pampa húmeda donde todo es llano. “Una de las cosas que me preocuparon cuando comencé a viajar a Europa fue que mi obra se diferencie de alguna forma del trabajo de los artistas europeos. La línea es un elemento que evoca la nostalgia por el paisaje de Necochea”, afirma.

Ricaldoni utiliza el papel con la técnica del collage que ha pulido desde sus años de estudiante. Foto: Galo Paguay / EL COMERCIO

La mayoría de papeles que son parte de los cuadros que se exhiben en esta muestra fueron tomados de gigantografías de las rutas de su ciudad hechas por la marca de cigarrillos Camel, un ejemplo que da cuenta de su interés por el reciclaje del papel en la creación de sus collages, un trabajo que cuando inició su carrera incluyó el uso de telas, fragmentos de objetos y aerosoles.

Otra de las facetas de este artista, que cuenta con más de una veintena de exposiciones individuales sobre todo en Europa, Argentina y Chile, son sus perfomances pictóricos en vivo, un ejercicio que ha realizado con bandas como la Bersuit Vergarabat. Ayer, en el ejercicio de improvisación en la PUCE, estuvo acompañado de los músicos Nelson García, Andrés Benavides y Tania Cortés.

La exposición estará abierta hasta el 28 de marzo. La atención es de lunes a viernes y la entrada no tiene costo.

Suplementos digitales