‘Hay que conocer los límites de nuestra biodiversidad’

Manuel Cruz Padilla es profesor en la Facultad de Ciencias Naturales de la Universidad de Guayaquil. Es jefe del laboratorio de Biología Marina del Instituto Oceanográfico de la Armada. Ha dedicado 42 años a la investigación y enseñanza. Foto: Enrique Pes

Manuel Cruz Padilla es profesor en la Facultad de Ciencias Naturales de la Universidad de Guayaquil. Es jefe del laboratorio de Biología Marina del Instituto Oceanográfico de la Armada. Ha dedicado 42 años a la investigación y enseñanza. Foto: Enrique Pes

Manuel Cruz Padilla es profesor en la Facultad de Ciencias Naturales de la Universidad de Guayaquil. Es jefe del laboratorio de Biología Marina del Instituto Oceanográfico de la Armada. Ha dedicado 42 años a la investigación y enseñanza. Foto: Enrique Pesantes / EL COMERCIO

Manuel Cruz formó parte de la primera promoción de biólogos de la Universidad de Guayaquil. Y tal vez por ello ha sido pionero en muchas investigaciones sobre los ecosistemas marinos en Ecuador.

Algo por lo cual fue reconocido en agosto, cuando recibió el Premio Eugenio Espejo por su contribución a la ciencia oceanográfica y a la enseñanza del país.


¿Qué significa para usted haber ganado el Premio Eugenio Espejo?

Es el galardón más sublime que entrega el Gobierno ecuatoriano como un agradecimiento a una trayectoria de trabajo de toda una vida. Como biólogo que he contribuido en investigación y educación por más de 42 años, este premio es un grato reconocimiento.


¿Cree que la ciencia ecuatoriana es reconocida internacionalmente?

Sí y no. Para hacer una verdadera ciencia primero deberíamos investigar nuestra casa. Hay que conocer lo que tenemos, cuánto tenemos, cuáles son los límites de nuestra biodiversidad. Así podremos hacer alianzas con los países vecinos y trabajar en cooperación internacional para proteger a nuestras especies. 

¿Pero qué falta?

En Ecuador falta mucho por investigar. En el aspecto marino hemos trabajado durante 40 años a lo largo de toda la Costa de nuestro país, hasta una profundidad promedio de 50 m. Sin embargo, no tenemos los equipos necesarios para investigar a mayor profundidad.

No sabemos qué recursos tenemos bajo los 100 m. Un país poderoso es el que tiene la información, el que conoce sus recursos para protegerlos y explotarlos de una forma equilibrada.
¿Cuáles son los principales límites para la ciencia en el Ecuador?
Límites hay muchos. Faltan suscripciones a las revistas internacionales.

Hay una limitación en el idioma. No todos los profesionales manejan herramientas digitales propias de su profesión. Falta un intercambio científico en los ámbitos nacional e internacional. No sabemos qué se está investigando en los diferentes lugares del país. No hay incentivos para la publicación de nuevas investigaciones.


¿Cuál es el aporte de su trabajo a la ciencia?

Fui parte de la primera promoción de biólogos de la Facultad de Ciencias Naturales de la Universidad de Guayaquil. Eso coincidió con la creación del Instituto Oceanográfico de la Armada. Tuvimos la suerte de conformar los laboratorios de Biología Marina e iniciar con investigaciones en este campo. Nuestros textos sirvieron como biblia para futuros biólogos. Estudié por primera vez los meiobentos (organismos menores a 1 milímetro, que están en la arena y el fondo del mar).

En Galápagos encontré que el laurel, el moral y el palo de vaca eran las maderas menos atacadas por unos organismos, mientras que el mangle y el guayacán eran las más afectadas. 
Me di cuenta que el laurel tiene una resina con cualidades antiincrustantes. Propuse utilizar esta resina para pintar muelles y barcos. 


También ha trabajado en torno al fenómeno de El Niño en la región...

Sí. Vi cómo el fenómeno de El Niño aumentaba la biodiversidad de organismos que perforan las rocas y esto cambiaba el perfil de la Costa. Asimismo, durante 20 años analicé cómo este fenómeno afectaba al comportamiento de diferentes especies de caracoles en el plancton. Nos permitió saber el estado de los ecosistemas costeros. 


¿Cómo fue su trabajo en la Antártida?

Participé en la segunda expedición e inicié los estudios de muestreo de la bahía donde está la estación ecuatoriana Pedro Vicente Maldonado. 


¿En qué está trabajando ahora y cuáles son sus futuros proyectos?

Por el momento estoy trabajando en los estudios de El Niño. Quiero sacar dos libros con toda la información que he recopilado en mis años de investigación. Creo que me gustaría seguir contribuyendo en la universidad y, por qué no, dar seminarios o una cátedra. 


¿Por qué tanto interés en la biología marina?

Si nosotros estudiamos cómo logran algunas especies sobrevivir más de 400 millones de años en nuestro planeta, podremos hallar respuesta a la prolongación del humano en la Tierra. Por ejemplo, hay organismos que reducen su fisiología en ambientes con poco oxígeno, otros, cuando son atacados por hongos, se secan durante miles de años.

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