Una lectura contemporánea de dos escenas del Hamlet, de Shakespeare

El actor Pepe Cueva interpretó el soliloquio de Ser o no ser, como si fuera el monólogo o el sermón de un cura. Foto: Enrique Pesantes / EL COMERCIO

El actor Pepe Cueva interpretó el soliloquio de Ser o no ser, como si fuera el monólogo o el sermón de un cura. Foto: Enrique Pesantes / EL COMERCIO

El actor Pepe Cueva interpretó el soliloquio de Ser o no ser, como si fuera el monólogo o el sermón de un cura. Foto: Enrique Pesantes / EL COMERCIO

El soliloquio de Hamlet como el sermón de un cura, o como el lamento de una novia llorona, con el vestido desabrochado, que engulle con ansiedad su pastel de bodas. El papel del perturbado Príncipe de Dinamarca fue abordado también desde lo femenino en un montaje contemporáneo de dos escenas famosas de la obra de William Shakespeare.

Los niños no se han dormido’ es el título de la pieza, que parte de una investigación escénica de textos del más célebre dramaturgo de la literatura universal, y que fue presentada como cierre de un taller actoral, de tres niveles y seis meses de duración.

La obra fue estrenada la noche de este jueves 17 de diciembre en el recibidor del Museo Antropológico y de Arte Contemporáneo (MAAC) de Guayaquil, en el marco de una nueva jornada multidisciplinar del Café del Río.

Los actores Pepe Cueva, Dennis Córdoba, Karen Gallardo y Mishell Sánchez desplegaron sus interpretaciones originales del monólogo más reconocido de la historia, Ser o no ser. Karen Gallardo recitó el soliloquio ante el cuerpo de un hombre desmayado sobre pliegos de papel intervenidos con pintura; con cuadros de Fernando Insúa, exhibidos de fondo.

Cueva, quien se vistió de cura, usó en vez de calavera una Biblia y un cuchillo, y le imprimió su propio acento, pausas y entonaciones actuales, al texto acartonado, tantas veces repetido… “Ser o no ser, esa es la cuestión. ¿Qué es más noble para el alma: sufrir los golpes y las flechas de la injusta fortuna o tomar las armas contra un mar de adversidades y oponiéndose a ella, encontrar el fin? Morir, dormir… nada más…”.

El grupo también representó dos versiones de la mítica escena del Príncipe con su madre Gertrudis (viuda que se casa con su cuñado, el usurpador del trono) donde se despliegan violentas amenazas y acusaciones por el asesinato del padre de Hamlet.
Dennis Córdoba interpretó en sostén el texto del Príncipe de Dinamarca y Mishell Sánchez, a Gertrudis, en una versión que sugería lo lésbico.

La interpretación de Pepe Cueva y Karen Gallardo aludía, en cambio, a una relación de amantes, con Hamlet manoseando el cuerpo de Gertrudis y besándola en la boca.

“La idea era experimentar con estos textos difíciles, Hamlet es insigne en la historia del teatro, y hacer una lectura contemporánea a partir de la interpretación de los temas, de los personajes y de la puesta en escena”, explicó Jorge Sandoval López, director del taller de actuación, quien se educó como actor y director en Buenos Aires (Argentina).

Tras 10 años de formación, el actor ecuatoriano regresó a Guayaquil y abrió el taller en la Casa Clandestina de Urdesa, al norte de la ciudad. En los tres niveles del taller los actores estudiaron y experimentaron con otros textos de Shakespeare como ‘Romeo y Julieta’, ‘Sueño de una noche de verano’, ‘Julio César’ y ‘Ricardo III’.

“Los textos son literales, no les cambiamos nada”, dijo Sandoval, guayaquileño de 31 años, para quien las intensidades de los temas de las obras de El Bardo de Avon siguen resonando, pues le incuben más que al siglo XVI, a la humanidad. “La dramaturgia es tan noble que se puede abordar desde una visión actual, con una puesta en escena contemporánea. Lo clásico son los conflictos, los personajes y los temas”.

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