El descubrimiento del Yamanasaurus lojansis, un titanosaurio del Cretásico Superior, se realizó en una zona de posible tránsito de grandes vertebrados. Fotos: EFE/ AFP.
Hace 70 millones, cuando buena parte del Ecuador continental era un brazo de mar, antes de que se formara la cordillera de Los Andes, vivía en este territorio un titanosaurio pequeño para los estándares. Medía seis metros, entre la punta de la cola y la nariz. Era de la familia de los saltasaurinos que, en aquella época, eran comunes en otras partes. Los paleontólogos los suelen llamar las vacas del cretácico.
Por lo general, los titanosaurios miden entre 20 y 36 metros, pero este, en particular, era de los más pequeños. El hallazgo del Yamanasaurus lojansis fue realizado por los moradores de la zona de Yamana en las inmediaciones de la parroquia lojana de Yamana, ubicada en el centro del cantón Paltas. La zona está en la cuenca hidrográfica Alamor-Lacones, en el valle de Casanga.
Hace dos años, la Policía de Patrimonio efectuó una incautación y las piezas pasaron a ser custodiadas por el Instituto Nacional de Patrimonio Cultural (INPC). Esta dependencia estatal tiene un convenio con la Universidad Técnica Particular de Loja (UTPL), que realizó la investigación para identificar y definir a qué forma de vida correspondía cada una de las piezas.
Según el geólogo de la UTPL, Galo Guamán, en el 2018 hubo la sospecha que se trataba de un dinosaurio y se estableció contacto con el paleontólogo argentino Sebastián Apesteguía, quien hizo la determinación y caracterización de los fósiles y se determinó que se trata de una nueva especie que vivió en el Cretácico Superior.
Según Guamán, se analizaron cuatro piezas: dos vértebras de la cola y dos huesos de la parte de las piernas. Se identificó a qué parte correspondían porque ya se tienen tipos similares en Argentina.
Apesteguía, catedrático de la Universidad Maimónides de Buenos Aires y director de paleontología de la Fundación Félix de Azara, indica que este hallazgo es antiguo. Se realizó en 1995 por Efraín Celi Bravo, un lojano que migró a España, donde vive actualmente. “Yo recién entré en contacto con los restos en agosto de 2018 y a partir de allí empezamos a trabajar”, cuenta.
Guamán y Apesteguía forman parte del equipo de investigación que determinó la existencia de fósiles de dinosaurio. El resto del equipo está integrado por los geólogos ecuatorianos John Soto y José Tamay, quienes también laboran en la UTPL.
Se sabe que es una nueva especie porque en Ecuador se realizó una tomografía para determinar cómo era por dentro. Se escogió el nombre de Yamanasaurus lojansis en alusión al sitio de hallazgo. Guamán dijo que este era vegetariano. En una teoría, Apesteguía señala que los dinosaurios que estuvieron más próximos a la línea ecuatorial fueron más pequeños que los que habitaron sitios más distantes como la Patagonia, en la actual Argentina.
Los investigadores presumen que en la zona debe existir rastro de su carroñero. La hipótesis de ellos es que este sector fue una zona de playa por donde transitaban estos animales en manada. Además, hay vestigios de troncos petrificados. Es un sector donde falta realizar muchos estudios geológicos. Para el 2020 está previsto realizar dotaciones de rocas en esa región con el apoyo de un experto australiano, dijo Guamán.
Ahora, el objetivo de la universidad y del INPC es avanzar en el trabajo. Primero es necesario saber hasta dónde se extendía la zona donde pueden existir más evidencias y, posteriormente, realizar la preservación, dice Guamán. Para ello, se requieren recursos económicos. “Sabemos que existe un corredor porque se encontraron fósiles en Chile, Perú, pero no se sabía nada de Ecuador”, apunta.
El estudio empezó hace más de dos años y se publicó un borrador de las conclusiones en un artículo científico de la revista Cretaceous Research. En los próximos días estará listo el documento definitivo.
Sobre este hallazgo, José Luis Román, paleontólogo de la Escuela Politécnica Nacional, dice que es trascendental para el país porque no había registros de dinosaurios de este tipo. De igual manera, indica que en Ecuador existen muchas localidades paleontológicas de gran importancia: la quebrada Chalán (Chimborazo), la península de Santa Elena, el valle de Quito, en Nabón (Azuay), entre otras.