La hacienda San José evoca a la tradición cacaotera de Los Ríos

En la entrada de la hacienda de estilo campestre se conservan herramientas montuvias, monturas y ruedas. Foto: Mario Faustos/ EL COMERCIO.

En la entrada de la hacienda de estilo campestre se conservan herramientas montuvias, monturas y ruedas. Foto: Mario Faustos/ EL COMERCIO.

En la entrada de la hacienda de estilo campestre se conservan herramientas montuvias, monturas y ruedas. Foto: Mario Faustos/ EL COMERCIO.

La hacienda San José, con 400 hectáreas de sembríos de cacao, hace honor a la tradición cacaotera de Los Ríos y al cultivo ligado al pueblo montuvio. Allí se evoca la época de esplendor de los hacendados conocidos como los Gran Cacao, entre finales del siglo XIX e inicios del XX.

Los Marún-Rodríguez, una familia riosense dedicada al agro por cinco generaciones, lanzó en el 2017 la marca de chocolate San José. Ellos se inspiraron en el concepto de hacienda chocolatera y actualmente ofrecen cuatro variedades: tabletas de chocolate con 100% de cacao, con el 80%, el 70% y chocolate con leche.

Junto a los jardines y la cancha de fútbol de la casona - con más de 50 años de antigüedad- se aplana el terreno de las cabañas que servirán para el agroturismo que promueven. En enero recibieron a tripulantes de un crucero internacional y semanalmente llegan visitas de universitarios, clientes de la marca y hasta chefs interesados en su chocolate.

La casona San José, ubicada en la vía Febres Cordero en Babahoyo, es una de las últimas en sumarse a la tradición cacaotera de la familia. El Carmen fue la primera hacienda que adquirieron los Marún. Vivieron parte del ‘boom cacaotero’ y en la década de 1930, la plantación se extinguió por los hongos monilia y escoba de bruja. La segunda generación fundó la hacienda Elba (1969) y la tercera, El Porvenir (1972).

En cada uno de estos terrenos, los cultivos eran solo de cacao, pero mutaron según la tendencia. Primero fue el banano y luego el arroz. “Se pensó que el cacao nunca se iba a recuperar”, recuerda Jorge Marún Ramírez; él y su hermano Andrés han dado un giro a la hacienda San José que ahora administran.

De las 1 029 hectáreas (ha) que tiene la propiedad, el mayor sembrío corresponde al cacao. Le siguen: banano 300 ha, palma africana 100 ha y arroz 100 ha, que este año se dejó de sembrar. Además, una parte está destinada a bosque de teca, un área estrenada en el 2018 para la apicultura.

La historia de los Marún Rodríguez empezó en Líbano y Babahoyo. En 1910, los Marún llegaron de Oriente Medio al cantón Montalvo huyendo de la guerra, mientras que los Rodríguez ya estaban asentados en esta localidad fluminense. La agricultura, el comercio y el cacao son el lazo que hasta este año mantienen sus descendientes como herencia.

ElCCN 51 es la variedad de cacao que reina en la finca; pero desde septiembre pasado se prueban otras, como la 800 y la 801, desarrolladas por el Instituto Nacional de Investigaciones Agropecuarias (Iniap).

La hacienda se encamina a obtener una certificación para en este año sacar un invernadero de plantas de cacao y distribuir más variedades. El proyecto es parte de la Fundación el Progreso Depende de Ti (Prodeti), con quienes se maneja la parte de sostenibilidad a través de la elaboración de miel, mermelada de banano y artesanías.

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