Gustavo Cuero se adjudicó el primer lugar del Salón por la obra ‘Todos alguna vez’, un óleo sobre lienzo. Foto: Enrique Pesantes / EL COMERCIO
Estuvo un tanto desilusionado luego de entregar su pintura en la Casa de la Cultura Ecuatoriana Núcleo del Guayas (CCE-G), pues vio cómo acudían también a entregar sus obras para el concurso artistas de gran trayectoria de la ciudad, algunos de ellos ganadores del Salón de Julio o del propio Salón de Octubre. Gustavo Cuero Sánchez no tenía ningún premio a cuestas hasta que se hizo acreedor, esta semana, a la edición 60 del Salón de Octubre 2018, en su tercera participación en el concurso nacional de pintura por la Independencia de Guayaquil.
El artista guayaquileño, de 26 años, obtuvo el primer premio del certamen y los USD 10 000 por Todos alguna vez, un óleo sobre lienzo de 120 por 150 centímetros. “El día que me enteré que era el ganador no pude dormir. Estuve dando vueltas en la cama, y revisaba los mensajes a cada rato para ver si era verdad, porque no me lo creía”, cuenta emocionado.
La pintura ganadora representa la escena de una sala suburbana y el retrato de un vecino de su propio barrio en la Isla Trinitaria, sector marginal del sur de Guayaquil. La obra entrecruza el retrato de un hombre descalzo y en pantaloneta que lee un libro esotérico (‘Samael’) sobre un sillón desvencijado, entre la imagen de una Virgen en una mesa, gatos erizados y la figura de “un ángel caído” –un demonio– que se refleja en un espejo.
El jurado de premiación -integrado por Manuel María Cevallos, como director del Salón, el escultor Manuel Velasteguí y los artistas Jorge Velarde y Jorge Chalco– otorgó el premio de forma “no unánime” a Todos alguna vez, por su manejo del espacio y de la luz y por una composición con elementos simplificados.
“La obra penetra en la cotidianidad de un ambiente sórdido y oscuro (…). Nos transporta hacia un mundo extraño e irreverente”, sostiene el acta del jurado, que le atribuye a la aparición en el espejo a una “mente sometida a factores sociológicos”.
“El planteamiento es que todos, en algún momento, hemos tenido algún tipo de experiencia a la que llaman paranormal. Uno se pregunta si en verdad fue cierto o si la cabeza te jugó una mala pasada”, indicó Cuero, quien contó que la idea de la obra partió de una experiencia personal. Aunque la obra también refiere a “personas sometidas a un tipo de factores sociológicos”, dice. “Son experiencias más comunes en zonas rurales o en la clases media y baja, supongo que son más fácilmente sugestionables”, indicó el artista.
Se trata de un premio a una vertiente pictórica vinculada a la pintura tradicional, apegada a la técnica clásica según el artista. Cuero, afroecuatoriano de padres esmeraldeños, se graduó en 2012 del Colegio de Bellas Artes de Guayaquil y busca construir una figuración a partir de “manchas”, una influencia del impresionismo y de artistas como Monet.
La pincelada guarda similitudes con la pintura de Jhonald Delgado Troya, ganador del Salón de Octubre en 2015, por Los irrelevantes también sueñan, que entrecruzaba vacas voladoras de colores estridentes y un joven soñador, con un gran tanque elevado, que es punto de referencia de la Isla Trinitaria. Se trata de un compañero de promoción de Bellas Artes y vecino de Cuero en la Cooperativa Vencer o Morir de La Trinitaria.
“La gente cree que no hay cultura en un lugar como la Isla Trinitaria; es totalmente falso”, dice el ganador, que en el 2016 había obtenido una mención de honor en el Salón de Jóvenes Valores del Teatro Centro de Arte. “Ahora me queda seguir trabajando, pintar sin parar, con un poco más de visibilidad, e inaugurar una muestra individual”, finaliza.