Jorge Vivanco, guionista de la cinta ‘Chacón Maravilla’. Foto Vicente Costales/ El Comercio
El mundo de los niños suele estar lleno de magia, imaginación y mucho color. Acercarse a este público desde la producción audiovisual no es una tarea sencilla. Por ello se convierte en un reto al que pocos se aventuran con éxito.
Tres personas que han construido guiones de largometrajes, cortometrajes o series de TV infantiles comentan algunas claves que les han servido para encontrar la mejor manera de dirigirse al público infantil, más allá del conocimiento de la dramaturgia clásica, útil en toda buena historia.
Todos coinciden en dejar de lado prejuicios en relación con la capacidad de comprensión de los niños y sus intereses.
Alejandro Bustos, parte del equipo creativo de ‘El Capitán Escudo’, comenta que con la experiencia de la historieta (9 años) se dieron cuenta que el público infantil recibe abiertamente cualquier tipo de tema. Pero resalta la importancia en el tratamiento de estos.
Tanto en el cómic como en el cortometraje –que están realizando-, se han trabajado conceptos como la corrupción, la violencia y la injusticia, “pero todo lo que eso implica en términos de sociedad está diluido en las aventuras del personaje de El Capitán Escudo”, comenta Bustos.
Alejandro Bustos, gerente de Zonacuario, de la revista ¡elé!. Foto: Paul Rivas/ El Comercio
Esta apertura de temas implica una dosis de honestidad desde el guionista hacia su público. Para Diana Molina, guionista de la franja de televisión ‘Veo Veo’, agregar honestidad permite quitar los tabúes que pueden existir en temáticas como la sexualidad.
Pero incluso con esta variedad de tramas, Molina explica que es importante definir el grupo objetivo. Puesto que el crecimiento de los niños afecta también a sus campos de interés.
Molina cuenta que un programa dirigido para niños de entre 2 y 3 años debe enfocarse más en el movimiento y la acción de los personajes. Puesto que siguen esta estimulación visual y de sonidos, más que de palabras. Mientras que los niños de 4 a 5 años concentran su atención en las palabras, permitiendo que la obra audiovisual tenga más diálogos, conflictos y situaciones para que enfrenten los personajes.
Diana Molina, guionista de la franja de TV ‘Veo Veo’. Foto: Alfredo Lagla /El Comercio
Con un público y una temática claros, el guión infantil envuelve también una búsqueda personal para el guionista. El cineasta y escritor Jorge Vivanco considera importante volver no solo a los recuerdos de la niñez, sino hacer memoria de los sueños que se tenía en esa etapa de la vida.
Pero también hay otros caminos, como el contacto directo con niños. Así lo hizo en su primer acercamiento al guión de ‘Chacón Maravilla’, donde escuchó –en un taller– anécdotas de niños de la calle. Para aproximarse a la infancia, conversar con los niños expone su creatividad y su particular forma de ver el mundo.
Para Bustos este conocimiento también es importante porque no existe una infancia única sino que está comprendida por distintas realidades, condiciones sociales y educativas.
“Conocerlas desde otras entradas como la sociología, antropología o psicología puede ser muy útil en el proceso de creación”, puntualiza Bustos.
Vivanco, por su parte, reflexiona en un componente clave para un guión de esta índole: la ternura. “Cuando uno piensa en películas infantiles, uno piensa en niños y a uno le florece la ternura”, cuenta Vivanco. Quien asegura que esta la pueden mostrar o vivir los personajes desde sus acciones o las de los personajes que se encuentran en su entorno.
Para Bustos el humor y la diversión también permiten atrapar la atención de los niños, para él “todo guión atravesado por lo lúdico es más grato e incluso más memorable si está atravesado por la risa”.
Componentes que permiten
–Según Bustos– despertar sentidos y motivaciones en los niños, disparar la curiosidad y llenarles de preguntas que buscarán respuestas.
Los niños tienen gran capacidad para atrapar el mundo y sacar sus propias conclusiones de cada historia. Aproximarse a ellos permite dejar de lado los prejuicios y abrir puertas entre la fantasía y la realidad.