Hasta no tener un pronunciamiento escrito, en la Asociación de Guardaparques del Ecuador no estarán tranquilos. La noticia de desvinculación de un grupo de personas generó confusión entre quienes recibieron la notificación el 19 de junio del 2020. Algunos han optado por esperar a que les entreguen la confirmación escrita de que continúan en su trabajo, mientras que otros decidieron acudir normalmente a las áreas protegidas. Foto: Archivo / EL COMERCIO
Las tareas de los guardaparques van desde fabricar títeres para entretener a los visitantes más pequeños de las áreas protegidas hasta apagar incendios o escribir artículos científicos sobre la flora y fauna de las zonas que monitorean.
Los representantes de este grupo se reunieron la tarde de hoy, lunes 22 de junio del 2020, con Paulo Proaño, ministro del Ambiente y Agua, para evidenciar la importancia de su trabajo para la conservación de la biodiversidad y aclarar la noticia sobre sus desvinculaciones.
Según la Asociación de Guardaparques del Ecuador, alrededor de 700 personas se dedican a esta labor en los 59 sitios que pertenecen al Sistema Nacional de Áreas Protegidas. Es decir, están a cargo de proteger a los animales y plantas de casi el 20% del territorio nacional.
Esta organización, que se formó bajo Acuerdo Ministerial en el 2018, alertó el viernes 19 de junio del 2020 que varios de sus miembros recibieron una notificación de desvinculación. Augusto Granda, guardaparque de la Reserva Ecológica Antisana y presidente de esta asociación, explica que 193 guardaparques fueron notificados sobre su salida del Ministerio del Ambiente y Agua.
Granda cuenta que, junto con varios compañeros, mantuvieron una reunión con el Ministro del Ambiente y del Agua, quien habría negado que serán desvinculados y les habría explicado que la confusión se dio por los procesos de fusión que está experimentando esta entidad.
“Jamás dejaríamos a las áreas protegidas del país sin sus guardianes. Nuestro compromiso es claro y no permitiremos que la verdad sea tergiversada. Nuestros guardaparques continuarán prestando sus servicios al MAE”, escribió Proaño en su cuenta de Twitter, acompañado del hashtag #CuidamosANuestrosGuardaparques.
Hasta no tener un pronunciamiento escrito, dice Granda, no estarán tranquilos. Esta noticia ha generado confusión entre quienes recibieron la notificación el viernes 19 de junio del 2020. Algunos han optado por esperar a que les entreguen la confirmación escrita de que continúan en su trabajo, mientras que otros decidieron acudir normalmente a las áreas protegidas.
“Se han dividido para no dejar sin resguardo a las zonas que tanto queremos y protegemos”, explica Granda. El trabajo de guardaparques implica largas jornadas lejos de sus hogares en las que deben enfrentarse a condiciones climáticas extremas y muchas veces ponen en riesgo su seguridad para evitar que se cometan actividades ilícitas en estas áreas.
Ver el nacimiento de un cóndor o cómo se mejora la población de jaguares es la mejor paga de este trabajo, dice Granda, quien se dedica a esta labor hace 16 años. Primero, ingresó como voluntario, después como bombero forestal y, desde 2011, se estableció como guardaparque en la reserva Antisana.
Su afición por los animales y las plantas lo llevó a estudiar la carrera de Gestión Ambiental y Turismo de Naturaleza. Además de conocimientos en biología, ecología, temas forestales y actividades turísticas, Granda rescata que lo principal es tener convicción y amor por los recursos naturales.
Byron Lagla, administrador de la Reserva Geobotánica Pululahua, dice que un guardaparques es multifuncional, ya que “debe saber desde hacer títeres hasta cambiar la llave de un lavabo”. Lagla cuenta que esta reserva fue la primera en formar una brigada forestal que ayudó a combatir los últimos incendios del Atacazo, Pululahua y Casitagua.
También desarrolla un Programa de Control y Vigilancia para monitorear continuamente los ilícitos ambientales. El principal problema de esta zona es el turismo desordenado, por lo que les toca agudizar los controles.
Uno de los mayores logros alcanzado durante estos cuatro años, cuenta, ha sido la generación de información científica. Los guardaparques de este lugar publicaron dos artículos científicos sobre las orquídeas y una guía rápida.
Lagla recibió la carta de desvinculación este viernes, pero siguió asistiendo hasta hoy, que terminaba su turno. Ahora está a la espera de una notificación para poder volver al área protegida cuando termine su descanso.
Hasta la noche de este lunes 22 de junio del 2020, el Ministerio del Ambiente y Agua no publicó un pronunciamiento oficial sobre el tema.