Representantes de las comunidades indígenas en el ingreso al coliseo de Guaranda. Foto: Cristina Márquez/EL COMERCIO
Las coplas de Carnaval que se cantan en las comunidades indígenas de Guaranda hablan sobre los amores, el coqueteo, el trabajo en las chacras y la buena comida. Y así es como celebran esa fiesta.
En la ciudad la fiesta es liderada por el Taita Carnaval, un personaje que este año es representado por Galo Vásconez. La agenda de actividades incluye desfiles con coloridas comparsas, conciertos artísticos y la elección de la reina.
“Son dos formas de vivir y ver la fiesta. Para nosotros el Carnaval coincide con el Pawkar Raymi, y es una fiesta ligada a lo espiritual, en las ciudades se recuerda la fiesta pagana del Carnaval”, cuenta Remigio Toalombo, presidente de la Federación de Organizaciones de Campesinos de Bolívar (Fecab Brunari).
Esa organización es la promotora de un gran festejo en el que participan comunidades y organizaciones indígenas de la provincia, y marca el inicio del Carnaval indígena. La fiesta es parte de la agenda municipal, pero se considera una celebración paralela a la mestiza.
El Carnaval se inicia con la llegada y el recibimiento formal de las delegaciones de carnavaleros que arriban a la ciudad desde todas las comunidades. Ellos llegan en procesión, bailando al ritmo de las zampoñas, guitarras y tambores, y cantando coplas de Carnaval.
Las mujeres se encargan de llevar en sus chalinas porciones de mote, tostado, chigüiles, cuyes y otros alimentos, para compartir con los asistentes. Los hombres llevan el licor y entonan la música.
“Lo hemos hecho toda la vida. Antes, las fiestas eran más grandes, venía gente de todo el país. Hoy, en algunas comunidades ya pertenecen a otra religión y no quieren participar, pero aún así nos esforzamos por disfrutar de la fiesta más importante del año”, dice Luis Agualongo, músico de la comunidad Cachisagua.
La apertura del Carnaval se inició con una ceremonia de agradecimiento a la Pachamama, por la abundancia y la fertilidad de la tierra; por la variedad de productos que se cosechan en esta temporada.
La ceremonia fue el fin de semana pasado, en el coliseo deportivo de Guaranda. Tres runas (hombres sabios), trazaron un círculo. En su interior pusieron flores, frutas, alimentos y se prendió una fogata.
Alrededor se colocaron las autoridades municipales, el Taita Carnaval y los líderes indígenas. Cada uno recibió una limpieza de purificación. Luego ingresaron los carnavaleros de cada organización.
La Ñusta que les representaba lideró el desfile, con el Taita Carnaval y la Mama Carnaval de cada comunidad. La delegación ingresó bailando y cantando coplas tradicionales.
Una de las delegaciones que impactó con su presentación fue la de la organización Cocikamp, que aglutina a cinco comunidades. Ellos representaron el ritual que se realiza antes del inicio de las fiestas.
La ñusta Íngrid Hinojosa pidió permiso y una bendición a los abuelos más ancianos de la comunidad. Ellos le aconsejaron. “Hay que hablar con palabras amables y tratar a los demás con justicia. Hay que ser generosos y compartir”, le dijo su abuela, María Agualongo.