En Pisicaz 15 familias sembraron semillas mejoradas en las parcelas comunitarias y en sus huertos familiares. Foto: cortesía GADP Chimborazo.
Col, acelga, diversas variedades de lechuga y otros vegetales se siembran en los huertos familiares de tres comunidades de Guamote. Ellos son parte del proyecto de cultivos sustentables que impulsa el Gobierno Provincial como parte de una estrategia para erradicar la desnutrición infantil en las comunidades de ese cantón de Chimborazo.
Los padres de familia, quienes poseen pequeñas extensiones de terreno, aprenden con técnicos de la unidad de Fomento Productivo, cómo reemplazar los agroquímicos con elementos orgánicos como abonos y pesticidas hechos a base de plantas y otros residuos orgánicos.
El objetivo es mejorar la alimentación diaria de las familias e incorporar verduras y proteínas vegetales en su dieta. Guamote es uno de los cantones con mayor índice de desnutrición infantil y pobreza extrema; se calcula que hay al menos 36 122 personas que viven con sus necesidades básicas insatisfechas.
Según los estudios técnicos del Cabildo local, la falta de recursos y la mala alimentación de los niños se deben a los monocultivos y la posesión de espacios de tierra muy pequeños. Además, muchos padres de familia migraron a las ciudades para trabajar como albañil y jornalero, por lo que los niños se quedan a cargo de sus hermanos mayores o madres.
“Al tener una variedad de alimentos en los huertos comunitarios que hay en las escuelas y en los terrenos familiares esperamos motivar a las familias a alimentarse mejor. Los ingredientes base de sus dietas usuales son los carbohidratos, pero con la cosecha de estos cultivos podrán incorporar vegetales a su dieta”, explica Samuel Gualán, técnico de desarrollo rural integral.
Él capacitó a los padres de familia de la Unidad Educativa Silvia Guevara, de la comunidad Pull Alto, en el centro de capacitación Las Abras. Allí plantaron semillas de cebolla perla, col y lechuga en cajas germinadoras. Esas plantas luego se distribuirán entre las familias de la comunidad.
“La gente también aprendió sobre los abonos orgánicos y el cuidado de estas plantas. Es importante que los cultivos que alimentarán a sus familias sean saludables”, dijo Gualán.
En Pisicaz, otra comunidad de Guamote, 15 familias son parte del proyecto. Ellos siembran en sus parcelas comunitarias y huertos familiares semillas certificadas y mejoradas de papas, zanahorias, habas, hortalizas de ciclo corto y otros productos.
“La idea de esta siembra es abastecer primero a nuestras familias de alimentos variados, pero si hay exceso podremos comercializarlo. Hemos aprendido mucho durante las capacitaciones”, dice María Juana Guacho, parte de la Asociación de Mujeres de la Comunidad.
Ella sembró en sus parcelas cebada que combinó con hortalizas como col, lechuga y acelga. “A veces el dinero es insuficiente para traer compras del mercado. Cuando teníamos dinero nos abastecíamos de productos que no se dañan como fideos, arroz y atunes, pero ahora entendemos que los niños necesitan comer mejor”, dice Guacho.
El proyecto para mejorar la nutrición infantil se replicará en más comunidades de Guamote, Colta, Riobamba y Alausí en los próximos meses. Ya se beneficiaron 1600 personas.