La tierra, el césped, la arena, las orillas de ríos o ciertas áreas asfaltadas son ideales para esta práctica. La caminata recomendada es de 30 minutos al día. Foto: freepik
‘Con los pies sobre la tierra’ es una de las frases que resuenan en alusión a detenerse y replantear los objetivos o a recobrar el rumbo. Sin embargo, tiene un trasfondo que está relacionado al bienestar físico y mental que la tierra puede entregar al humano con solo una íntima conexión: el caminar descalzo.
Durante la pandemia, esta reconexión con la naturaleza ha sido un factor terapéutico para aliviar la ansiedad y el estrés ocasionados por el aislamiento social y las crisis.
“El humano es un ser energético y la tierra es una fuente que ayuda a equilibrar el cuerpo y la mente”, explica Lucía Noboa, psicóloga y especialista en terapias alternativas.
El ‘grounding’ o ‘earthing’ se traduce a conexión a tierra y es una práctica tan antigua como la humanidad. Los antiguos solían caminar día y noche descalzos. Pero la civilización, el calzado con suela de goma y otros materiales aislantes suspendió aquella relación con poderes sanadores.
Gaetan Chevalier, PhD en ingeniería física, y James L. Oschman, PhD en biofísica y autor de varios libros sobre medicina y energía, han liderado investigaciones que demuestran los beneficios de esta práctica tan sencilla como sacarse los zapatos, las medias y caminar.
En el estudio ‘Earthing: Health Implications of Reconnecting the Human Body to the Earth’s Surface Electrons’, efectuado por los científicos Oshman, Chevalier, Stephen Sinatra y Karol Sokal, se habla de un sinnúmero de enfermedades y trastornos que se han visto mejorados con esta técnica. Esto funciona como un complemento a tratamientos tradicionales de alergias, dolores de cabeza, artritis, autismo, insomnio, problemas de circulación, ansiedad y más.
Noboa explica que en la tierra hay electrones e iones negativos que son necesarios, entre otras funciones, para evitar la producción de radicales libres. Cuando una persona está desconectada de la naturaleza está sobrecargada de electrones positivos, lo que se traduciría en varias dolencias.
De acuerdo con estos especialistas, al ser el cuerpo un conductor natural, necesitaría tanto el contacto eléctrico con la Tierra como con el agua o los nutrientes. Por una parte, se necesita para liberarse del exceso de cargas positivas que se acumulan al mantener el cuerpo aislado de su entorno. Por otra, para regenerarse con carga eléctrica negativa.
Lizbeth Fajardo, miembro de un centro de naturopatía y terapias alternativas, señala que, con la pandemia, las personas están desconectadas de esas bondades. Ella afirma que con el teletrabajo, la televisión, la educación virtual y el constante uso del celular, se está generando una sobrecarga.
Una buena forma de equilibrar es reconectando con el mundo natural. Lo factible es caminar sobre arena, césped y tierra por lo menos unos 20 minutos diarios. Se recomienda que el ‘grounding’ se haga acompañado de respiración y se puede complementar con otras técnicas como el yoga, la meditación y la aromaterapia.
Otras fuentes son las cascadas y ríos, por lo que, si hay oportunidad de acudir a estos sitios, se podrá obtener excelentes resultados.
Hay otras maneras de obtener aquella energía de la tierra. Según la psicóloga Noboa, otra opción es abrazar árboles. Estos tendrían componentes que ayudan a generar hormonas como la serotonina y dopamina, que permiten la relajación y reducir la tensión.
Beneficios
Relaja. Permite la activación del sistema nervioso parasimpático reduciendo los síntomas de ansiedad, frecuencia cardíaca, etc.
Desinflama. Los electrones que proceden del suelo reducirían la inflamación y la oxidación, retrasando posibles daños a células.
Da bienestar. Contribuye a que los ritmos del cuerpo estén armonizados. Mejora el sueño y la sensación de vitalidad durante el día.