Gonzalo Osorio rescata sabores tradicionales para la cena de fin de año

Cena de fin de año en Ishpingo Cocina Ecuatoriana. Foto: Roberto Peñafiel / EL COMERCIO

Cena de fin de año en Ishpingo Cocina Ecuatoriana. Foto: Roberto Peñafiel / EL COMERCIO

Cena de fin de año en Ishpingo Cocina Ecuatoriana. Foto: Roberto Peñafiel / EL COMERCIO

Gonzalo Osorio, propietario y jefe de cocina de Ishpingo Cocina Ecuatoriana, es un apasionado por los sabores y productos locales. Para la última cena de 2020, propone una humita gratinada con hojas comestibles, a manera de entrada, y una ternera con camote y salsa de frutos rojos, para el plato principal.

Osorio es un chef ecuatoriano-venezolano que descubrió su amor por la gastronomía cuando compartía con su abuela en Venezuela. Ella preparaba en casa platos típicos del vecino país, como pabellón y arepas. “Cuando cocinaba, se unía la familia, por eso para mí la cocina es unión”, cuenta.

El cocinero no tuvo el respaldo de su familia al inicio, pero finalmente le apoyaron en su decisión de ser chef. A los 17 años empezó a trabajar en reconocidos restaurantes ecuatorianos.

“Al principio quería seguir la línea francesa o peruana, pero un chef me inspiró a enamorarme de Ecuador”, dice. Se refiere a una conversación que tuvo con el chef italiano Bill Carmine, quien falleció en Ecuador en agosto de 2020, que le motivó a investigar y crear con los sabores y productos locales.

Después de estudiar gastronomía en una escuela ecuatoriana, viajó a Argentina y a España para especializarse y ganar experiencia.

Hace tres años regresó a Ecuador con muchas ganas de abrir su propio emprendimiento. Lo hizo con el apoyo de su familia y empezó de a poco. Así nació Ishpingo Cocina Ecuatoriana, en La Mariscal.

Este restaurante se ha adaptado al ‘target’ de la zona, con desayunos y almuerzos ejecutivos. En las noches, Osorio ofrece sus creaciones, que pretenden ser un viaje sensorial por Ecuador.

Prepara, por ejemplo, platillos inspirados en la tripa mishky, en los bosques del Ecuador y en los alimentos que comían los abuelos.

Por ello, para la cena de fin de año propone una humita horneada en un molde individual a baño maría, gratinada y con hojas de choclo fritas y crocantes. Y para el plato principal presenta un puré de camote morado, con ternera y una salsa de frutos rojos elaborada con mortiño y licor de caña.

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