El cambio climático ya se evidencia en el país. En un recorrido realizado la mañana y tarde de ayer, 29 de junio del 2017, el ministro del Ambiente, Tarsicio Granizo, junto a delegaciones europeas pudieron constatar los efectos de este fenómeno mundial en los páramos del Ecuador.
La zona del Antisana , que hace 20 años era solo hielo, cada vez es más pequeña. Luis Maisincho, investigador del Instituto Nacional de Meteorología e Hidrología (Inamhi) y de la Universidad Ikiam, explicó durante el recorrido que el frente del glaciar ha retrocedido 350 metros.
Este resultado se pudo obtener a través del monitoreo de glaciares que empezó en 1994 con la llegada de la cooperación francesa, que se alió con varias instituciones locales como el Inamhi, la Escuela Politécnica Nacional (EPN) y ahora Ikiam.
Según Maisincho, el análisis demuestra que el glaciar está reduciendo entre 20 y 25 metros por año. Esto es una evidencia clara del aumento de la temperatura, dice el experto, que en el último sigo ha sido de 0,8 grados centígrados.
En el Ecuador los glaciares actúan como medidores de cambio climático y como recursos naturales de agua. La Empresa Pública Metropolitana de Agua Potable y Saneamiento (Epmaps) capta una parte del líquido vital proveniente del glaciar en su embalse La Mica, que tiene capacidad de 24,07 millones de metros cúbicos y que abastece de agua a alrededor de 650 000 habitantes del sur de Quito.
Los expertos coinciden en que la demanda es alta, pero el suministro cada vez es menor. Franklin Huanca, jefe del Sistema Mica Quito Sur, sostiene que en Quito el promedio de gasto de agua es de 180 litros por día por habitante. Esta cifra podría bajar a 150, aunque lo ideal sería que se reduzca a 120.
Si continúa este proceso de deshielo, o peor aún, desaparece el glaciar, esto implica una reducción de agua para el 30% de los habitantes de la capital. Con el escenario actual, se prevé que hasta el año 2050, el pie del glaciar suba a los 5 300 metros.
Actualmente, la parte más baja está a 4 800 metros. Si continúa la tendencia de elevación de temperatura y disminución de precipitación, todo el hielo que está bajo la línea de los 5 300 metros desaparecería.
Este es un fenómeno irreversible, lo que se puede hacer es incrementar los estudios y desarrollar planes de mitigación, explica el investigador del Inamhi e Ikiam.
La ratificación por parte del Ecuador al Acuerdo de París demuestra el interés del país por combatir el cambio climático, dijo el Ministro del Ambiente. “Al subir al glaciar, uno se da cuenta que el cambio es real”, sostuvo Granizo al bajar del Antisana.
Actualmente, se han implementado planes de adaptación al cambio climático con las comunidades y se están desarrollando iniciativas para la recuperación del páramo con plantas como el lupino para que esta zona pueda retener mayor cantidad de agua