Garza Agami habita en el Yasuní

La garza Agamia agami es monitoreada en el Parque Nacional Yasuní desde el año 2017. Se estima que esta ave permanece alrededor de siete meses en esta zona de Ecuador.

La garza Agamia agami es monitoreada en el Parque Nacional Yasuní desde el año 2017. Se estima que esta ave permanece alrededor de siete meses en esta zona de Ecuador.

La garza Agamia agami es monitoreada en el Parque Nacional Yasuní desde el año 2017. Se estima que esta ave permanece alrededor de siete meses en esta zona de Ecuador. Foto: Cortesía Ministerio del Ambiente

La garza Agamia agami eligió al Parque Nacional Yasuní para establecer su sexta colonia a escala mundial. Ahora, esta zona se ha convertido en un punto estratégico para asegurar la conservación de la especie en el futuro, aunque no existe una estrategia local para su protección.

Un estudio realizado por Flor M. Ortiz-Galarza, estudiante de la Universidad Tecnológica Indoamérica, y César Garzón-Santomaro, investigador del Instituto Nacional de Biodiversidad (Inabio), reporta la existencia de un nuevo sitio de anidación de esta especie rara que habita en el Neotrópico. El punto de anidación está ubicado en Tambococha y su descubrimiento permite determinar con mayor precisión el área de distribución de esta especie.

El Ministerio del Ambiente explica que la presencia de esta garza fue detectada en uno de los conteos de aves que se realizan en el área. Desde el año 2017, se mantiene un monitoreo constante del estado de su población en el parque. El trabajo está enfocado en llevar un registro de la especie desde su llegada al Parque Nacional Yasuní (enero y febrero) hasta su partida (inicios de agosto).

Se estima que las aves permanecen alrededor de siete meses en el área. Durante este tiempo se recolectan datos como: el número de individuos, número de nidos, las especies de vegetación sobre la cual anidan y posibles depredadores. El Parque Nacional Yasuní es el único lugar en Ecuador donde se puede encontrar a esta especie. Hasta ahora se ha registrado la presencia de cerca de 300 individuos y 90 nidos.

Costa Rica, Venezuela, Trinidad y Tobago, Brasil y Guyana francesa son los otros cinco lugares donde se han establecido colonias de esta ave. Además, existen registros de estos animales en México, Guatemala, Belice, El Salvador, Honduras, Nicaragua, Panamá, Colombia, Perú y Bolivia.

La investigación realizada muestra que, aunque la distribución de la garza Agamia agami es amplia, se sabe poco sobre los sitios donde se congrega para anidar.

Esta especie ha sido clasificada como ‘Vulnerable’, de acuerdo con los criterios de la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN). Los investigadores la definen como una garza tímida, solitaria y muy sensible a perturbaciones en el ambiente. Por eso, la destrucción de su hábitat y la deforestación son algunas de las principales amenazas para estos animales.

A estas se suman los efectos del cambio climático, la contaminación ambiental y la falta de medidas para la protección de sus colonias. Según BirdLife International, la población de la garza agami tendrá un rápido declive durante las tres próximas generaciones debido a las afectaciones que sufren sus ecosistemas y a la tala indiscriminada de árboles.

El MAE explica que varios países cuentan con un plan de conservación de este animal. Por el momento, en Ecuador no se han desarrollado estrategias para la protección de las poblaciones de esta garza. La información que se ha recabado, dice, permite tomar decisiones futuras para la conservación de su hábitat.

Esta garza es conocida por el color de su plumaje y la forma de su cuerpo, que capta la atención de los aficionados al avistamiento de aves y de los turistas que acuden hasta el lugar para poder verlas.

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