David Cevallos y Karla Torres son los ganadores del IV Premio Brasil

Piedra Luna es una metáfora del reinicio. La obra es de David Cevallos, quien ganó el premio Residencia artística. Foto: Julio Estrella / El Comercio

Piedra Luna es una metáfora del reinicio. La obra es de David Cevallos, quien ganó el premio Residencia artística. Foto: Julio Estrella / El Comercio

Piedra Luna es una metáfora del reinicio. La obra es de David Cevallos, quien ganó el premio Residencia artística. Foto: Julio Estrella / El Comercio

La IV edición del Premio Brasil de Arte Emergente ya tiene a sus ganadores. La premiación se realizó la noche del miércoles 19 de febrero de 2020 en el Centro de Arte Contemporáneo de Quito (CAC). El Premio Brasil busca reforzar los lazos entre Brasil y Ecuador a través de la Embajada de Brasil y el CAC.

El Premio Residencia Artística se lo llevó David Cevallos, por Piedra Luna, y el Premio Adquisición fue para Karla Torres, por Acuérdate de mí. Además, se entregó una Mención de honor a Teo Monsalve, por Eventos de transferencia de tiempo.

El veredicto fue dado por el jurado compuesto por Katya Cazar, directora Ejecutiva de la Bienal de Cuenca; Ana Fernández, artista plástica, y Leo Felipe, curador de Pivô, espacio de arte de São Paulo.

“El Premio Residencia Artística es el determinante del concurso, cuyo objetivo es motivar y apoyar la formación de los artistas jóvenes”, comunicó en un documento la Embajada de Brasil. La importancia del Premio Adquisición, por otro lado, reside en “la formación del acervo de arte joven”.

Piedra Luna es “una metáfora del reinicio y el cambio. Una sustitución simbólica de las cosas que no se pueden cambiar”, se lee en la cédula de la obra de Cevallos. Este es un objeto elaborado con materiales de obras anteriores del artista. “Es un objeto catártico. La obra, el ‘statement’ y la búsqueda son muy pertinentes para la residencia en Brasil”, explica una de las jueces, Ana Fernández.

Mientras tanto, Acuérdate de mí “fue pensada con sigilo y hecha con sutileza” y habla “de cosmología, linaje, cotidianidad y afectos”, de acuerdo con la cédula. Esta obra es un bordado realizado en una servilleta para envolver tortillas de maíz con cabello encontrando en los lavabos de un internado para chicas mixes, en México.

“La obra de Karla Torres nos atrajo mucho por la solvencia formal, la vulnerabilidad, la delicadeza y la sencillez. Los materiales escogidos obedecen a una noción muy interesante de práctica social”, dijo Fernández.

Por último, Eventos de transferencia de tiempo es un cuestionamiento de la “hegemonía del conocimiento científico por sobre otras formas de saber”, según la cédula de la obra.

“Nos interesó mucho la obra de Teo Monsalve. Pensamos que es una obra que habla del momento contemporáneo. Las tres obras hablan den un tiempo muy importante que estamos viviendo como seres humanos, en el que los mitos y logos tienen que juntarse”, finaliza Fernández.

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