A pesar de la dolorosa pérdida, el sufrimiento de las familias de las víctimas mortales todavía estaría lejos de terminar. Foto: Captura Twitter
Un trágico evento ensombreció el Año Nuevo en la ciudad argentina de Córdoba. En horas de la madrugada del 1 de enero de 2021, un vehículo perdió pista y se precipitó hacia un barranco.
En el vehículo se movilizaban seis adolescentes. Tres de ellos fallecieron y otros tres jóvenes resultaron heridos de gravedad, asegura el portal informativo local VíaCórdoba.
Pero a pesar de la dolorosa pérdida, el sufrimiento de las familias de las víctimas mortales todavía estaría lejos de terminar.
La empresa funeraria -a la cual se le hizo el encargo de preparar los cuerpos para sus respectivas jornadas de velación y funeral- confundió los cadáveres de dos de las víctimas y generaron una enorme confusión e indignación.
“El velatorio de Eliana era de 10:00 a 13:00 y el de Candela empezaba a las 13:00 y finalizaba a las 15:00. Ambas iban a cementerios distintos pero eran veladas en el mismo lugar”, relató Nadia Benítez, hermana de una de las víctimas, a VíaCórdoba.
Anteriormente, Benítez había acudido a la morgue a hacer el reconocimiento del cadáver. “Me dijeron que el cuerpo de mi hermana estaba bien, que no hacía falta reconocerla porque íbamos a poder velarla a cajón abierto. En el lugar, me dieron su documento, sus pertenencias, y yo sabía que era mi hermana”.
Sin embargo, lo que a la familia le dijeron desde la funeraria era completamente distinto. “Vuelvo a casa, y me llaman para decir que ya habían buscado el cuerpo en la morgue, que estaba muy golpeado y que ellos sugerían que fuera a cajón cerrado. Entonces, les dije que de ser así, queríamos verla. Nos dijeron que podía entrar una sola persona a reconocerla, sólo 30 minutos”.
Finalmente, la familia decidió adaptarse a las circunstancias. “La velamos a cajón cerrado. Estuve una hora llorando sobre el supuesto cajón de mi hermana”.
La familia se dio cuenta del porque la madre de la otra víctima abrió el cajón para ver a su hija fallecida. Sucedió cuando la familia de la otra víctima se acercó a dar el pésame a la familia que hizo la primera ceremonia. El cuerpo estuvo a punto de ser enterrado cuando la madre de la segunda víctima abrió el ataúd y constató que el cadáver tenía brackets.
“Cuando mi mamá llegó a la empresa primero no querían abrir el cajón, pero después accedieron. Cuando lo abrieron, mi mamá corroboró que quien estaba ahí era mi hermana, y el cuerpo de Candela era el que nosotros habíamos velado y enterrado”, añadió Benítez, según recoge el diario El Litoral.
Desde la funeraria, el personal aseguró que se encontraba investigando el incidente.