Fray Enrique Vacas Galindo, el gran defensor del territorio ecuatoriano

Fray Enrique Vacas Galindo, además de cartógrafo de la Amazonía, fue el primer provincial ecuatoriano de la Orden de los Predicadores o Dominicos.Foto: cortesía del Municipio de Cotacachi
“Mi comandante, tengo preso a un cura ecuatoriano que provenía de Quito con fines de espionaje. Lo tengo vigilado por cuanto parece que sus intenciones son las de hacer mapas para perjudicar a nuestro Gobierno. Pido instrucciones…”
Este religioso era Enrique Vacas Galindo, sacerdote dominico, natural de Cotacachi, nacido en 1865. En alguna oportunidad García Moreno, en una visita a su pueblo natal, luego de que el niño Ezequiel, su nombre propio, declamara una poesía a la Virgen María en honor del Mandatario, le acarició la cabeza señalando “a este pequeño le esperan grandes cosas para bien de la Patria” ( Salas, Epaminondas, Correrías de García Moreno, (folleto), BAEP, s/a, s/e, p. 12).
Cuando cumplió 15 años, Ezequiel Vacas Galindo ingresó a la Orden de Predicadores (dominicos), cambiando su nombre de pila por el religioso de Enrique. Con apenas 22 años de edad fue ordenado sacerdote, debido a su “especial dedicación al estudio, la oración, la vida austera y las costumbres edificantes. Era el último en apagar la luz de su celda y el primero en prenderla. Era ejemplo para todos, sobre todo por su amor y entrega a las reglas de la Orden, cuyos miembros le tenían especial consideración ( Fray Miguel Peralta, Religiosos notables del convento de Santo Domingo de Quito, 1905. (folleto) s/e BAEP, p. 10).
Luego de la reforma religiosa impuesta por García Moreno, la orden dominicana decidió impulsar las misiones en el Oriente, sobre todo en las regiones de Macas y Canelos, tarea que fue encargada al padre Vacas y a dos religiosos europeos expertos en temas culturales.
El mismo sacerdote confiesa que “…en 1887 marché a la Región Oriental para dedicarme a la evangelización de las tribus y al estudio especialmente geográfico de aquella Región. Recorrí gran parte del sur de Macas y del norte de Pastaza y Canelos. Dejando la Misión de Macas, en 1891 pasé a la de Canelos, marché después a Andoas por el Bobonaza, y de Andoas caminé hacia el occidente por el río Macuma, afluente del Morona. Bajé por el Pastaza al Marañón y fui al Guallaga, por el cual subí hasta el Yurimaguas. Allí, el Subprefecto Ramón Bernales me trató como espía del Ecuador y me tuvo arrestado por 45 días, hasta recibir instrucciones de Lima sobre lo que debía hacer conmigo. Mas la noche del cuadragésimo quinto día de arresto emprendí atrevidamente la fuga que, en días anteriores había combinado, me lancé en el Guallaga hacia abajo hasta el Marañón, el cual lo subí hasta el Pastaza, y este hasta el lago Rimachi. Como entendí que las escoltas de soldados enviados por Bernales iban a dar conmigo, a medianoche, con una pequeña canoa y un solo indio regresé hasta el Marañón y me dirigí a Iquitos, despistando con esto completamente a mis perseguidores. De Iquitos pasé al Mazán y de allí con el auxilio de don David Andrade, de Pelileo, marché a la frontera del Brasil, y en un vapor hacia el Atlántico”. (Fray José María Vargas, Enrique Vacas Galindo, Boletín de la Academia Nacional de Historia, Números 127-128, 1977, p. 120)
Cuando el religioso regresó al Ecuador en 1894, denunció al Gobierno las intenciones del Perú de apropiarse de toda la región amazónica, poniendo en riesgo el territorio nacional. Y eso fue más grave aún cuando, a finales del siglo XIX, el Gobierno sureño editó un mapa en el cual hacía suya toda la región oriental, poniendo sus límites con Ecuador en las estribaciones de la actual cordillera Oriental.
El Gobierno liberal de 1895 expulsó a los religiosos de las misiones del Oriente, quedando este vasto territorio sin presencia de misioneros y, junto con ellos, de autoridades civiles, quienes eran apoyados por los frailes en el desempeño de sus funciones.
Una de las primeras actividades de Vacas Galindo fue hablar con Eloy Alfaro para hacerle notar que en el país no había estudios ni documentos para afrontar la agresiva política territorial del Perú.
Vacas Galindo fue designado primer provincial ecuatoriano de la orden de dominicos, luego de que los liberales prohibieran a religiosos extranjeros ser elegidos como superiores de sus comunidades. Aprovechando de que, bajo tal circunstancia, debía viajar a Viena para participar en el Capítulo General de la Orden de Predicadores, Alfaro le comisionó para que recorriera los archivos históricos más importantes de España y reuniera todo cuanto documento
fuera posible para defender las fronteras nacionales.
Más tarde, en 1906, Vacas Galindo, luego de su persecución por parte de autoridades peruanas y de haber recorrido la inmensa región oriental, visualizando la realidad geográfica del Oriente, pudo editar el primer Mapa Geográfico-Histórico de la República del Ecuador, declarado como oficial por el Gobierno liberal para los colegios y universidades del país.
Una vez que en 1899 regresó al Ecuador, trajo una inmensa cantidad de documentos y materiales para preparar el informe para el Gobierno, el cual puso a su disposición la imprenta del Estado y entre los años 1901 y 1903 publicó tres volúmenes de ‘Límites Ecuatoriano-Peruanos’, comentando que: “Hase creído generalmente que la República del Ecuador no tiene documentación suficiente para justificar sus derechos sobre los vastos territorios disputados por el Perú en la Región Oriental. Esta creencia, por demás errónea, es debida en mayor parte a la poca atención que han prestado nuestros Gobiernos al estudio de una cuestión de suyo tan importante”. (Vacas Galindo, Tomo I, Colección Documentos , Quito, Tipografía de Artes, 1902)
En 1909 volvió a Europa y se instaló en Sevilla, a trabajar en su archivo histórico. Pudo revisar, con ayuda de un equipo que manejó, hasta seis máquinas dactilográficas, sistema novedoso para la época. Por este medio pudo revisar cerca de 800 gajos que pertenecían a la Real Audiencia de Quito, sobre todo los que correspondían a los siglos XVI y XVII.
Permaneció en Europa hasta 1924. El fruto de este inmenso trabajo fue de 140 volúmenes, de 500 páginas cada uno.
En la Biblioteca del Vaticano aprendió el manejo del aparato fotográfico, con cuya técnica obtuvo cerca de 3 000 copias, empeño en el cual fue ayudado por Francisco Navas del Valle. Logró ordenar fotografías en 35 volúmenes debidamente encuadernados, que contienen imágenes muchas de ellas únicas en el Ecuador de nuestros días.
En 1937 retornó al país y donó al convento de Santo Domingo todo este material, por lo que en su archivo histórico se conservan tan valiosos materiales y documentos que hablan de nuestros derechos territoriales.
Agobiado por tanto trabajo, el insigne religioso falleció en Quito el 11 de junio de 1938, a los setenta y tres
años de edad.
“El padre Vacas Galindo es gloria del Ecuador y de América, porque a más de su obra anterior de patriota deja un inmenso archivo de documentos, que es patrimonio nacional y servirá para vincular irremediablemente su nombre a la Historia que se escriba de este país y de algunos otros del continente” (Diario EL COMERCIO, 27 de abril de 1975).
* Doctor en Historia. **(f) Ramón Bernales Spfto.” ( Villamagua, César, Notas curiosas sobre las misiones peruanas en el Oriente, Lima, 1905, s/e. p, 90, AHP, Límites. Copia Biblioteca Aurelio Espinosa Pólit.