La nueva Miss Ecuador se impuso en la recta final a Daniela Armijos y a María Emilia Cevallos. Foto: Enrique Pesantes/ EL COMERCIO.
La gala de elección de la Miss Ecuador 2015 tuvo todo lo que se espera de este tipo de eventos: coreografías sincronizadas, barras eufóricas, vestidos de brillos. Asimismo, una candidata sufrió una caída (Jexaida Mecías), otra respondió con un trabalenguas a la pregunta formulada por el conductor del certamen, hubo algunas favoritas pero solo una ganadora.
Francesca Keyko Cipriani Burgos, guayaquileña de 22 años, es hija de un italiano radicado en Guayaquil y una ecuatoriana de ascendencia japonesa. La noche del sábado 14 de marzo, en su ciudad natal, se coronó Miss Ecuador de entre las 18 candidatas.
Alejandra Argudo, Miss Ecuador 2014, colocó la corona a Cipriani en el Centro de Convenciones de Guayaquil, pasadas las 21:00, y luego de la algarabía y las múltiples felicitaciones de familia y amigos, le aconsejó a su sucesora “que se esfuerce mucho, que dé todo de sí porque lo que le espera es algo grande, una enorme responsabilidad”.
Al día siguiente, con la corona de USD 30 000 sobre su cabello y un maquillaje impecable, la nueva Miss Ecuador confiesa que en su primer día despertó a las 05:30. A pesar de haber dormido solo dos horas no lucía cansada. Sabe que este año será tan intenso como su primer día como representante de la beldad ecuatoriana.
“Llegué al hotel tarde, y entre conversaciones, felicitaciones y luego poner todo en orden en la habitación, porque si no no me podía dormir -yo soy así-, terminé acostándome a las 03:00”, cuenta a EL COMERCIO.
El vestido llano, corto y rojo que usa durante su primer día como representante de Ecuador para el Miss Universo se alejaba del blanco, lleno de brillo, con el que recibió la designación, mientras sostenía las manos de su compañera, la cuencana Daniela Armijos, primera finalista.
Creyente en Dios, modelo, hermana mayor, asidua visitante de las playas de su provincia y amante de los animales (tiene dos perros a los que no ha visto desde que comenzó el certamen), son algunos de los datos que Cipriani suelta durante la conversación. “Las reinas son más que una cara bonita”, dice.
Además de la labor social que se propuso realizar este año enfocándose sobre todo en promover el desarrollo laboral de las mujeres de escasos recursos, Cipriani quiere demostrar que los estereotipos con los que se etiqueta a las reinas de belleza no se apegan a la realidad.
“Una Miss no es solo una cara bonita, sino la representación de una mujer real, íntegra, un ejemplo a seguir. Hay tantos estereotipos, pero la gente no sabe de los sacrificios de nosotras en diferentes ámbitos y no se puede opinar si no se los conoce”, asevera.
Las preguntas que se acostumbra realizar durante los certámenes de belleza, de hecho, no le parecen una forma de demostrar la inteligencia de las mujeres que participan: “No es el grado de dificultad de la pregunta. Es un momento tan tenso y no siempre sabes cómo reaccionar, no es que no sepas la respuesta. Por eso, esa respuesta no mide la inteligencia de una chica”.
Mientras que a Maria Emilia Cevallos, una de las finalistas y favoritas del certamen, le preguntaron, por ejemplo: “¿Qué le diría a las personas que luchan día a día con los estereotipos de belleza?”; y a María Gloria Dávalos le tocó responder sobre la equidad laboral de género en el Ecuador; a Cipriani le formularon la pregunta: “¿Cómo te describes esta noche?”. A lo cual, la final triunfadora contestó: “Me siento una ganadora, el simple hecho de tener aquí a esta barra que me acompaña y me alienta me hace una ganadora”.
Su barra precisamente fue una de las que más resonó en el auditorio. A pesar de esto, de que en redes sociales aparecía entre las favoritas, que fue la primera en ser mencionada entre las finalistas y que recibió las bandas de Miss Puntualidad y Miss Sedal, la joven belleza confiesa que no presentía que iba a ganar.
Si no ganaba, su plan era buscar un masterado en Comunicación o Recursos Humanos, para complementar su título en Gestión Empresarial.
En vista de que entre sus premios, además del auto Renault y la corona, está una beca en la Universidad San Francisco de Quito, dice que aprovechará al máximo esa oportunidad en ese centro de estudios, pero una vez que terminen sus responsabilidades como Miss Ecuador. Por ahora, refiere, se enfocará en prepararse para tener un buen desempeño en el Miss Universo.
Se dice convencida de que “la belleza interior es la más importante” y está satisfecha con su cuerpo “porque las latinas tenemos esos atributos que nos hacen resaltar siempre”. Pero, como parte de su preparación para el certamen internacional, Cipriani analizará qué parte de su cuerpo someterá a cirugía estética… Probablemente aumente su busto. “No estoy en contra de las cirugías, es una herramienta que puede ayudar para enaltecer la belleza de la mujer”, sostiene.